La vida del futbolista profesional suele repartir muchas de sus horas entre prácticas, concentraciones y partidos. Por eso, los protagonistas tratan de aprovechar al máximo el tiempo libre que les queda. Algunos eligen simplemente descansar y otros se inclinan por cultural algún hobby para desconectarse de la presión constante. El lateral derecho de San Martín Ismael Quilez -que se volvió una pieza clave para el equipo de Pablo Frontini- no esconde su niño interior y cada vez que puede saca a relucir su otra pasión: Dragon Ball, una de las series de animación japonesa más famosas de la historia. “La única distracción que tenía cuando era chico eran esas caricaturas animadas. Si bien soy fanático desde hace mucho, recién de grande tuve la posibilidad de comprarme muñecos y cosas del estilo. En la infancia no la pasé muy bien y era complicado”, aseguró Quilez sobre la adaptación del manga homónimo dibujado por Akira Toriyama.
El primer capítulo del anime se emitió el 26 de febrero de 1986, dos años antes del nacimiento del futbolista. Esa diferencia en el tiempo no impidió que los personajes Gokú, Vegeta, Freezer y Cell -entre muchos otros- pasaran a formar parte de la vida de Quilez. Tal es así que actualmente posee en su casa de Santa Fe un estante con alrededor de 100 figuras repartidas entre héroes y villanos.
“Recién a los 17 años empecé a tener mi primer sueldo gracias al fútbol e igualmente no podía comprar estos muñecos. Todo nació de más grande. Es mi cable a tierra y lo hago cuando puedo”, explicó el lateral de 34 años. “En 2019, un amigo muy cercano me regaló un Gokú enorme de 30 centímetros que él tenía guardado hace mucho tiempo”, precisó sobre el inicio de la colección.
En la rutina de Quilez no pueden faltar el fútbol y Dragon Ball. Con una particular remera del saiyajin protagonista, una gorra con las siete esferas de dragón -al juntar todas en el anime se pueden conceder deseos- y un termo con stickers temáticos; así recibió el futbolista a LA GACETA tras finalizar una nueva práctica en el Complejo “Natalio Mirkin”.
“Todo lo que se te venga a la cabeza de Dragon Ball Z lo tengo. Trato de darme esos gustos siempre y cuando se pueda”, explicó el futbolista que de todos modos hoy tiene otra prioridad: sus tres hijas. “Ahora paré un poco porque las cosas se van a precios inalcanzables y no está bueno. Le doy más importancia a que no le falte nada a mis tres pequeñas Milai, Mailén y Mía”, aseguró Ismael, que las tiene bien advertidas: “saben que las figuras no se tocan. Respetan mucho eso, no me puedo quejar”.
El ex Huracán, que se hizo famoso por mostrar su bóxer animado en un programa de TyC Sports, comparte su pasión en el vestuario “santo” con Nicolás Carrizo y Agustín Colazo.
Se viene el “gasolero”
Con su particular platinado, el lateral ya tiene la mente puesta en el duelo del sábado ante Temperley. “De acá en más son todas finales. Estamos enfocados en que nos jugamos tres puntos importantes”, aludió el santafesino, que hasta se animó a relacionar el presente de San Martín con su otra pasión: “sería la pelea con Freezer. El momento en el que Gokú no puedo alcanzar su nivel y se transforma en Súper Saiyajin para derrotarlo. Como equipo estamos en ese proceso y lo vamos a lograr”, finalizó.
Baliño, el elegido
Ignacio Baliño es el árbitro designado para el partido del sábado ante Temperley. El tandilense de 43 años dirigió al “santo” en siete partidos, con dos victorias, cuatro empates y una derrota. Su último antecedente fue en la derrota con San Martín de San Juan 1-0, por la Copa Argentina 2020.