CÓRDOBA.- Mariela Flores, madre de Joaquín Sperani, el adolescente de 14 años que fue asesinado en Laboulaye por su mejor amigo y compañero de colegio, de 13 años, ha revelado la inquietante hipótesis que manejó la fiscalía encargada de la investigación del homicidio: el perpetrador estaba enamorado de la víctima.
Así lo expresó Flores en una entrevista. En la escuela, eran conocidos como los "tres mosqueteros" debido a su estrecha amistad con una adolescente. La madre de la víctima no proporcionó más detalles sobre la hipótesis e investigación del Ministerio Público Fiscal.
Los padres de la víctima han declarado que su hijo solía sufrir acoso escolar. "Tenemos muchas preguntas sin respuesta", admitió la madre de Joaquín.
El crimen ha conmocionado a la comunidad de Laboulaye. Durante el velorio, se vivieron momentos de dolor y tristeza. La comunidad de esta ciudad del sur de la provincia de Córdoba aún no puede superar el impacto causado por el crimen. Los vecinos conocen a ambas familias y a sus hijos, y aseguran que nunca habían tenido problemas ni protagonizado situaciones conflictivas.
Aunque las familias de Joaquín y del perpetrador eran amigas y tenían una relación cercana, no han vuelto a tener contacto desde el sábado pasado, cuando una cámara los captó saliendo juntos del Instituto Provincial de Enseñanza Media (Ipem) 278 Malvinas Argentinas. Luego, se ve al sospechoso regresar corriendo a la escuela.
Joaquín, de 14 años, jugaba al fútbol como arquero en el club Huracán de Laboulaye y también practicaba taekwondo con su padre. "Sabía cómo defenderse; por eso estoy seguro de que fue golpeado por detrás. Su cuerpo fue encontrado boca abajo, según mi sobrina. Tiene un lado de la cara hinchado, al igual que el ojo", dijo Martín Sperani, el padre de la víctima.
La víctima era introvertida y callada. El jueves pasado fue la última vez que vieron a Joaquín con vida. Salió de casa a la hora de la siesta para ir al instituto, pero nunca llegó a la clase. Sin embargo, dejó su bicicleta en el patio. Flores denunció la desaparición de Joaquín la noche del jueves.
El sospechoso entregó el celular de Joaquín a la policía anteayer. Horas después, se autoinculpó diciendo: "Sí, yo lo maté".
Cuando los investigadores le informaron que le habían entregado un teléfono, Martín Speroni pidió verlo para confirmar si era el suyo. "Le había dado el mío. Tenía el vidrio roto, les di el patrón para desbloquearlo. Me lo trajeron y pudimos abrirlo", detalló. Desde entonces, no ha vuelto a hablar ni con el chico detenido ni con sus padres. Esta familia vive en las afueras de Laboulaye, donde tienen una pequeña explotación lechera. El adolescente no tiene hermanos.
La autopsia, realizada en Río Cuarto, determinó que Joaquín murió a causa de un traumatismo craneal causado por un golpe por detrás que provocó daño cerebral. La muerte fue "instantánea". No se encontraron signos de que hubiera intentado defenderse en su cuerpo.