Las vacaciones de invierno plantean una coyuntura: por un lado, está asociada con cambios positivos en la salud y el bienestar; en tanto que tiene modificaciones menos deseables como el consumo excesivo de alimentos o aumento los niveles de sedentarismo.
Especialistas realizaron diversos estudios que demuestran que la pérdida de estado de repente depende de la adaptabilidad del cuerpo. Es decir, los deportistas de resistencia como un corredor o ciclista de cierto nivel se notarán más pesados con solo dejar de entrenar una semana. Funciona de un modo distinto con la fuerza que le cuesta un poco más verse afectado, estableciendo esa línea en las 3 o 4 semanas.
Del mismo modo, se debe aclarar que no es lo mismo si una persona vacaciones siete días o dos meses; incluso, varían los planes. Incluso, existen investigaciones que aseguran que, durante este periodo, se observaron cambios favorables en los hábitos de comportamiento. Los efectos positivos fueron mayores en periodos de cuatro días a dos semanas de duración en la que se incluían actividades recreativas al aire libre.
Durante las vacaciones, ¿es conveniente entrenar o se debe descansar?
Por lo expuesto, se debe encontrar un equilibrio entre lo que se quiere y lo que se necesita. En relación a ello, según explicó El País, se pueden identificar diversos perfiles de personas que realizan actividad física.
- El gran aficionado: Para estas personas, entrenar los hace felices. En caso de dejar de hacer su rutina en vacaciones, probablemente este periodo se convierta en una fuente de estrés, por lo que se tendrá un resultado opuesto. Con las vacaciones, esta persona necesita descansar de su vida laboral, pero no podrá conseguirlo si añade otra fuente de agobio a causa de la falta de ejercicio.
- Aficionado medio: si bien su prioridad son los resultados, hacer ejercicio no le resulta molesto. Puede beneficiarle estar un corto periodo de tiempo sin hacer ejercicio planificado, aunque solo sea para cambiar de rutina.
- Interesado en los beneficios: aquí se ubica la mayoría de las personas que realizan ejercicio. Este es el perfil importante de mantener porque es el que más riesgo tiene de abandono a la vuelta de vacaciones.
Con este motivo, se puede decir que existen dos razones que afectarían a todos los perfiles por igual:
- Falta de descanso: el problema no se solucionaría en una semana de reposo. En la mayoría de las ocasiones puede durar lo suficiente como para perder todo lo obtenido con la actividad física, acabar en peor estado de forma y salud que al inicio de toda esta aventura.
- Exceso de descanso: Si deja de hacer ejercicio demasiado tiempo, corre el riesgo de perder las adaptaciones y también motivación. Una motivación que disminuye conforme esa persona siente que va perdiendo estado de forma.
Con todo esto, para decidir que hacer durante vacaciones se deben resolver las siguientes incognitas:
- Se debe saber qué tipo de persona es y, sobre todo, se debe saber qué es lo que se quiere y lo que se necesita.
- ¿Cuánto tiempo dejará de entrenar? No es lo mismo irse una semana a dos meses. En el segundo caso, se debe mantener sus entrenamientos para no perder el hábito.
- En vacaciones, se debe entrenar de un modo diferente realizando actividades fuera de la rutina diaria.
- Se debe valorar lo conseguido ya que supone una gran motivación. En caso de no hacerlo, recuperar algo que ya fue conseguido no se disfruta de la misma manera. Esto hace que la gestión de las vacaciones sea un tema principal para abordar esta situación.