Luego de que se conoció la noticia de que la modelo Silvina Luna estaba internada y en un estado de gran gravedad, comenzaron las cadenas de oración; en paralelo, la polémica sobre su cuadro (consecuencia de unas inyecciones de metil metacrilato en los gluteos) volvió a estar en boca de todos. Mientras se debatía sobre lo acontecido y todas las miradas se posicionaban sobre el médico que la operó, Anibal Lotocki, ella despertó.
El miércoles por la noche volvió a abrir los ojos y, de allí, su cuadro comenzó a normalizarse. “Está de muy buen humor. Reconoce a todos los que la visitan. Tiene apetito. Lo primero que hizo fue abrazar a su hermano. Está plenamente consciente de todo lo que sucedió. Está muy sensible. Pasó una buena noche, está hablando y nadie puede creer lo que está sucediendo porque lo consideraban un milagro”, comentó el periodista Ángel de Brito en su programa “LAM” (América TV).
El conductor -que está en constante contacto con Ezequiel, el hermano de la modelo- indicó que la joven “quiere comer, está muy sensible, su aspecto ha mejorado y los médicos han recomendado que no reciba a nadie que no sean las visitas autorizadas. (...) Está bien, consciente, débil, necesita recuperar los músculos y la fuerza, pero todos confían mucho en su progreso”.
Con ganas de hablar
En el mismo programa, De Brito hizo saber al público el enojo que Ezequiel tiene. “No le contesté a nadie estos días porque estábamos preocupados porque Silvina viva. Te escribo porque ella te quiere mucho -leyó el conductor-; hubo gente que dijo que nadie la cuidaba a Silvina y nosotros estuvimos 24/7 con ella en la internación y antes de la internación, en todo el proceso”.
Por lo pronto, la modelo continúa mejorando. “Descartaron cualquier daño cerebral con la tomografía. Hoy se le realizaron todas las pruebas necesarias. Estaba un poco confundida al principio, pero luego reconoció a todos y tener ganas de hablar fue su primer impulso”, dijo de Brito en LAM.
Luna sigue aislada en el Hospital Italiano, como consecuencia de la bacteria KPC, que se suele contagiar en hospitales. Ésta sería la responsable de la gravedad del cuadro de la también actriz. Se la conoce como una “superbacteria” porque causa graves infecciones y porque es resistente a los antibióticos.
A la espera
Mientras Luna continúe con la bacteria, es imposible realizarle el transplante renal que necesita. Por la intoxicación de metacrilato -que le produjo la intervención de Lotocki en 2011-, la mujer sufrió una hipercalcemia y una insuficiencia renal; desde abril está en tratamiento de diálisis, tres veces por semana, mientras espera la realización del transplante, que mejoraría su calidad de vida.