JERUSALÉN.- El ministro de Defensa israelí expuso las dificultades para frenar los ataques de los colonos judíos contra los palestinos.
Su general de más alto rango pareció insinuar que algunos oficiales han hecho la vista gorda ante unos incidentes que han provocado la censura de Estados Unidos.
Una espiral de vandalismo e incendios deliberados fue desencadenada la semana pasada por una emboscada armada de Hamás cerca de un asentamiento en la que murieron cuatro israelíes. Los alborotadores proceden de los asentamientos, se cuentan por centenares e incluyen hombres enmascarados y armados, según testigos palestinos.
Las autoridades palestinas acusan al Ejército israelí, con amplios despliegues en Cisjordania, de ignorar o incluso instigar los disturbios. De la decena de presuntos alborotadores detenidos, al menos dos son soldados fuera de servicio, según el Ejército.
Entre las víctimas palestinas hay ciudadanos estadounidenses con doble nacionalidad por lo que Washington, que ya está enfrentado con Israel por la construcción de asentamientos, ha intensificado su condena de lo que ha denominado “violencia extremista de los colonos” y ha manifestado que espera que se encuentre a los responsables.
En una sesión informativa ante el Parlamento israelí, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, deploró los ataques como “un fenómeno social peligroso que debemos combatir”.
Describió a los autores como un “grupo minúsculo” formado por colonos marginales y sus partidarios del interior de Israel. Aunque señaló que había sospechosos detenidos y dijo que las tropas de Cisjordania habían sido reforzadas por precaución, Gallant también dijo que las fuerzas israelíes tendrían que “dividir su atención” entre los disturbios y las amenazas de los milicianos palestinos.
“Hay 500 pueblos palestinos, algunos de ellos tan grandes como ciudades. Hay decenas de miles de personas (residentes palestinos). No se les puede proteger a todos a la vez”, dijo.
La interdicción de compatriotas israelíes era difícil “porque no se utiliza la vigilancia ni la puesta en marcha de operaciones (militares) violentas contra ellos”, añadió.
La violencia sectaria en Cisjordania ha abierto grietas entre el gobierno nacionalista religioso de Israel y sus jefes de seguridad, que el sábado emitieron una declaración conjunta en la que calificaban los ataques de los colonos de “terrorismo nacionalista”. (Reuters)