La desaparición y posterior implosión del submarino Titán en los últimos días puso en vilo a todo el mundo. Roger Mallinson y Roger Chapman quedaron atrapados en una nave bajo el mar hace 50 años, pero tuvieron una suerte diferente y lograron ser rescatados. Uno de ellos habló y dió un consejo de vital importancia para tales casos.
El Pisces III descendió el 29 de agosto de 1973, 241 kilómetros al sudoeste de Irlanda, para realizar un trabajo para la Oficina Postal del Reino Unido: la tarea era colocar un cable telefónico en el fondo del mar. Pero a las 9:18 ocurrió el accidente que llevó a Chapman y Mallinson a quedar más de 70 horas debajo del agua.
La recomendación de un superviviente
A cinco décadas de su rescate, mientras aún se buscaba al Titán, Roger Mallinson dio su recomendación. “Si pudiera decirles algo sería que no perdieran el calor y mantuvieran la esperanza”, contó el hombre que se mantuvo sujetando la mano de su compañero durante su desaparición.
“Golpeen la esfera, golpeen en alguna parte, hagan un ruido que pueda oríse a través del agua. Imaginen que los delfines los están cuidando y se pondrán a hablar a través del agua. Si tienen un martillo, sería genial golpear la esfera, hacer ruido. Se transmitirá muy lejos. Todos lo están escuchando”, manifestó el superviviente.
El accidente del submarino Pisces III
Un suceso inesperado ocurrió luego de que Chapman y Mallinson terminaran su trabajo. Esperando para ser izados por el buque Vickers Voyager, el cable para remolcarlos se enganchó a la escotilla del submarino abriéndola y permitiendo el paso de una tonelada de agua.
El peso del líquido llevó a que los submarinistas descendieran a 64 kilómetros por hora hasta los 480 metros de profundidad. La bajada, que habitualmente tomaba 40 minutos, se había producido en 30 segundos. En esos breves segundos Chapman y Mallinson se prepararon con almohadones y trapos en la boca para amortiguar el golpe de la caída.
El rescate del submarino Pisces III
En ese momento Mallinson se dio cuenta de que había tomado una de las mejores decisiones de su vida antes de sumergirse. Había cambiado el tanque de oxígeno a medio usar por uno nuevo. Esto les daba 72 horas de oxígeno que terminaron siendo algunas más.
“Permitimos que el CO2 se acumulara un poco para conservar el oxígeno: teníamos temporizadores para realizar un seguimiento cada 40 minutos, pero esperaríamos un poco más. Nos hizo un poco letárgicos y somnolientos”, señaló Chapman.
El viernes 31 cerca del mediodía un submarino los encontró. El 1 de septiembre a la madrugada el Pisces II y el CURV III lograron enganchar dos cables al Pisces III. El ascenso tomó cerca de dos horas y media, pero la escotilla estaba atorada.
“Teníamos 72 horas de soporte vital (...), logramos aguantar otras 10 horas. Cuando miramos en el cilindro al salir, nos quedaban 12 minutos de oxígeno”, contaron los submarinistas luego de ser rescatados.