La muerte de "La Chancha" Ale: siete hitos de una vida ligada al delito
Uno de los pilares del llamado clan Ale estuvo vinculado a hechos delictivos durante casi cuatro décadas en nuestra provincia. La condena más dura que recibió fue por haber lavado activos provenientes de delitos por los que nunca fue juzgado.
1- Los primeros casos en los que fue mencionado
La vida de Rubén “La Chancha” Ale, durante casi 40 años, estuvo vinculada al delito. El fiscal federal Pablo Camuña, en un juicio histórico, dejó en claro que entre 1985 hasta 2015, él y su hermano Ángel “El Mono” Ale habían sido denunciados 93 veces, pero sólo habían sido condenados en tres oportunidades. La primera vez que su nombre apareció en las crónicas policiales fue por el crimen de Manuel Amado Ismael (39) que fue asesinado el 1 de enero de 1983. Fue absuelto luego de que su hermano se hiciera cargo del crimen. En un caso prácticamente olvidado, “La Chancha” también fue título de otra crónica en noviembre de 1987, cuando fue detenido por la Policía cuando habría intentado asaltar el supermercado Limpito que funcionaba en avenida Mate de Luna al 3.000.
2- El doble crimen de los gardelitos
La historia dice que el 31 de diciembre de 1986, cerca de las 17, en un Ford Sierra se desplazaban Santos Pastor Aguirre, Enrique Soria, Juan Carlos Beduino y dos personas más que nunca fueron identificadas, todos integrantes del clan Los Gardelitos. Al llegar a la altura de avenida Roca al 200, observaron a su prima María Ester Nieva y decidieron retornar para saludarla. Fueron recibidos a tiros. En el ataque fueron heridos mortalmente Aguirre y Soria. Beduino también fue alcanzado por las balas, pero sobrevivió. Los desconocidos lograron huir ilesos. El sobreviviente, que fue el primer detenido en la causa, declaró que los autores habían sido “La Chancha” y “El Mono” Ale y Jorge “La Bruja” Vázquez Carranza. Los señalados estuvieron casi tres meses prófugos hasta que se entregaron ante las cámaras de Canal 10. Rubén fue acusado del doble homicidio y Rubén y “La Bruja” de haber intentado matar a los otros tres. Pero en un controvertido fallo, la justicia terminó condenando al “Mono” por exceso de la legítima defensa y absolviendo a los otros dos imputados. La sentencia fue polémica porque nunca se llegó a probar que las víctimas del mortal ataque habían disparado.
3- El homicidio del oficial Salinas
El 30 de enero de 1992, el oficial de Policía Juan Andrés Salinas y “El Mono” Ale estaban sentados en un auto en las inmediaciones de la Plazoleta Mitre. Según la versión que siempre se manejó, el investigador le estaba contando que los miembros del tristemente célebre Comando Atila querían asesinarlo. Lo que no sabía era que todo estaba organizado para que eso ocurriera esa noche. Los policías acribillaron el vehículo asesinando de varios disparos a Salinas e hiriendo a su acompañante. El sobreviviente fue internado en un sanatorio y, cuando la fallecida fiscala Joaquina Vermal se presentó a interrogarlo, encontró que estaba protegido por un ejército de hombres armados hasta los dientes. Ordenó que todos fueran detenidos, entre ellos “La Chancha” y su padre Said Ale. Por el caso se abrieron dos causas: una por el homicidio del policía, en la que estaban acusados varios policías en actividad, y otra, por asociación ilícita y portación ilegal de armas de guerra. Los miembros del clan Ale fueron absueltos en un juicio en el que sólo fueron condenados dos de sus hombres. La muerte del oficial Salinas quedó impune. La Justicia separó de la causa a los fiscales Esteban Jerez y Gustavo Estofan, que habían acusado a los ex Atila. Se ordenó una nueva investigación que quedó en manos de Carlos Albaca, que no avanzó en nada y los acusados fueron absueltos por el paso del tiempo. El crimen de Salinas dejó al descubierto la lucha que existía en la provincia por los juegos de azar (ya estaban funcionando las maquinitas), la prostitución y el tráfico de drogas.
4- El sospechoso de siempre en el caso Verón
María de los Ángeles Verón desapareció en abril de 2002. “La Chancha” Ale, ya empoderado por el crecimiento de su remisería 5 Estrellas, colaboró con la familia en su búsqueda. Tiempo después Susana Trimarco acusó a todo el clan por haberla secuestrado y entregado a una red de trata de personas con fines de explotación sexual. La investigación que desarrolló la madre de Marita reveló que los Ale, entre otras actividades ilícitas, se dedicaban a la explotación sexual de personas. Descubrió que en La Rioja existía un cabaret llamado Five Stars (cinco estrellas en inglés) que era de su propiedad. “La Chancha” nunca fue enjuiciado por el caso; sí investigado. No pasó lo mismo con dos de sus ex parejas: Daniela Milhein (ella desmintió esa versión y señaló que él la obligaba a ejercer la prostitución) y María Jesús Rivero. Tuvieron que hacerse dos juicios para que se definiera su situación procesal. Milhein fue condenada en un segundo juicio y Rivero absuelta en los dos debates.
5- La justicia federal le puso el freno
Por una denuncia realizada por Susana Trimarco, la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) inició una pesquisa. Al sumar indicios suficientes, trasladó el caso al fiscal federal Carlos Brito. Este terminó de cerrar la causa. “La Chancha” Ale fue detenido en diciembre de 2013 cuando se encontraba en un sanatorio de la capital. Días antes había sido procesado por la usurpación de un campo y el robo de cosecha y, en el medio, había renunciado a la presidencia de San Martín luego de una histórica huelga de hinchas que pretendían que se alejara del club. La Justicia, por cuestiones de seguridad y pese a la férrea oposición de sus defensores, ordenó que fuera trasladado al penal de Ezeiza. El desarraigo terminó complicando su estado de salud. Luego, con otra orden judicial, regresó a la provincia para esperar ser enjuiciado con prisión preventiva bajo la modalidad de arresto domiciliario. Por esta causa, también fueron detenidos y procesados su hermano Ángel “El Mono” Ale y sus ex parejas María Jesús Rivero y Valeria Bestán y otras personas, todas de su entorno y que en algún momento tuvieron vinculación con el equipo de La Ciudadela. El juicio duró 11 meses. Por el estrado desfilaron decenas de testigos que contaron los diferentes ilícitos que cometió el grupo durante varios años. Los fiscales Pablo Camuña y Agustín Chit explicaron que la acusación de lavado de activos provenientes de actividades ilícitas como usura, extorsión, explotación económica del ejercicio de la prostitución y comercio de estupefacientes solo abarcaba los ingresos que consiguieron entre 2002 y 2013 lo que fue valuado en unos U$S4 millones. Un tribunal lo declaró culpable y lo condenó a 10 años de prisión. Murió con la pena cumplida.
6- El “imperio” de las 5 Estrellas
Lo que empezó como un negocio terminó siendo un emporio con el que generó terror en la provincia. Fundador de la remisería 5 Estrellas, “La Chancha”, durante mucho tiempo, se transformó en el amo y señor de las calles tucumanas. Sus choferes, vestidos con pantalón largo, camisa blanca y corbata roja (los colores de San Martín) llegaron a moverse como una guardia pretoriana. Ellos eran los que respondían en el acto a cada llamada del “Señor Rubén”, como lo llamaban las operadoras. Eran avisos para asistir a un compañero que tenía un problema porque había sufrido un asalto o alguien había osado intentar secuestrar el vehículo; para bloquear el centro cada vez que se buscaba la manera de regular el sistema de remises o, directamente, copar la jefatura de Policía por un incidente con algún miembro de la fuerza. La sede central de la remisería 5 Estrellas fue todo un símbolo. El local, ubicado en avenida Roca y Amador Lucero, fue un histórico puesto de venta de entradas del club de La Ciudadela. También allí se vendieron los bonos contribución para la prometida y nunca cumplida ampliación del estadio de San Martín, cuya maqueta fue presentada ante el ex gobernador José Jorge Alperovich, que también otorgó una importante suma de dinero para la obra. Tanto en el juicio por la desaparición de Marita Verón como en el de lavado de activos, la empresa y el inmueble fueron mencionados. Los acusadores dijeron que utilizaban la flota para trasladar a las víctimas de redes de prostitución y como pantalla para el ingresar dinero proveniente de actividades ilícitas al sistema. En julio de 1997, el ex gobernador Antonio Domingo Bussi, después de un incidente con remiseros, intentó ponerle un freno. Ordenó estacionar una topadora en el estacionamiento de calle San Martín de la Casa de Gobierno. La sociedad lo tomó como un mensaje. Ese gesto terminó de dar forma ala Asociación de Remiseros Unidos de Tucumán (ARUT), entidad gremial que empoderó a “La Chancha” en toda la provincia.
7- Siempre estuvo vinculado al poder político
Rubén “La Chancha” Ale hablaba poco. Su voz era prácticamente desconocida. Era un hombre de acción, que no pensaba antes de actuar. Además de estar vinculado al delito, tuvo la inteligencia necesaria para tejer relaciones con el poder político de la provincia. El mismo poder que lo ayudó en numerosas situaciones a evadir el accionar policial y judicial. En los 80, fue militante de un sector del radicalismo. En 1985 fue detenido junto a Jorge “La Bruja” Vázquez Carranza (con el que fue detenido por el asalto al supermercado Limpito y por el “Doble crimen de los Gardelitos”) cuando a los golpes intentó frenar una huelga que había sido convocada por la CGT de Saúl Ubaldini, durante la presidencia de Ricardo Alfonsín. En los 90 fue conquistado por las mieles del menemismo. Llegó a ser candidato a legislador (en el sector que conducía Fernando Juri) y siempre estuvo al lado de Carlos Saúl Menem cada vez que el fallecido ex presidente visitaba suelo tucumano. Sus allegados siempre señalaron que con la llegada del kirchnerismo comenzaron a ser perseguidos por las influencias que tenía Susana Trimarco. “Terminamos siendo unos perseguidos políticos”, se cansó de repetir “La Chancha” Ale.