El humo de los incendios se dispersó y San Salvador de Jujuy volvió a respirar paz. Un día después de las protestas por la reforma de la Constitución y los enfrentamientos entre manifestantes y policías, las calles de la capital jujeña amanecieron sin disturbios y los negocios retomaron su actividad normal. No hubo administración pública y las escuelas estuvieron cerradas por el asueto provincial decretado ayer.
A pesar de la tranquilidad reinante, los focos de conflicto persisten. Los docentes, que llevan 17 jornadas consecutivas reclamando mejoras salariales, volverán a manifestarse durante la tarde. Por otro lado, organizaciones sociales y políticas mantienen cortes intermitentes en distintas rutas nacionales y provinciales.
Uno de los bloqueos vehiculares que se mantiene inalterable se ubica en el ingreso a la localidad de Purmamarca y ante esto las autoridades locales recomiendan a turistas y visitantes no viajar a la zona de la Quebrada de Humahuaca. En Tilcara también hay cortes y en la Ruta Nacional 66, a la altura de Finca El Pongo, la escena se repite. En la terminal de ómnibus, las distintas compañías están recuperando sus servicios habituales y el aeropuerto volvió a estar operativo.
Quedaron huellas
Las escenas violentas registradas ayer dejaron huellas que persisten 24 horas después. Cascotes, vallas de seguridad y casquillos de balas de gomas fueron algunos de los obstáculos que tuvieron que sortear los peatones por el microcentro, esta mañana.
La “Casa de Piedra”, como se llama a la Legislatura de Jujuy, es uno de los edificios públicos que más daños recibió en el marco de las protestas. Un auto quemado, vidrios rotos, computadoras tiradas y manchas de sangre en el piso, son algunas de las postales que conserva el edificio ubicado a 100 metros de la plaza principal de la ciudad.