En Argentina hay un culto hacia la carne y el campeonato federal del asado. Sin embargo, y más allá de los sabores experimentados, hay historias de los concursantes como la de Julio Leonardo Boucou, quien representó a Tucumán y llegó hasta las semifinales de la competencia.
Desde el comienzo, su participación fue una sorpresa. “Yo no sabía nada”, reconoció y añadió que Anita, su esposa, fue la que “inició todo”. “Nos enteramos de que fui seleccionado cuando la llamaron por teléfono. Incluso fue ella la que me dijo ‘vas a viajar a Buenos Aires a representar a Tucumán’. Yo la miraba e interiormente decía ‘¿Qué es lo que pasa?’. No podía creer todo lo que había hecho”, le contó a LA GACETA.
Julio, que vive en Yerba Buena, aseguró que aprendió a hacer asado a los 15 años de la mano de su papá. No obstante, reconoce que en su etapa como parrillero fue donde profundizó su conocimiento sobre este manjar. “A los 17, empecé a trabajar en el rubro de la gastronomía y ahí aprendí de un parrillero que se llamaba Luis. Él fue como mi maestro en esto. Poco a poco, esto se fue convirtiendo en un hobby en mi vida y seguí experimentando con los cortes”, dijo.
Actualmente no trabaja como parrillero, sino que está trabajando en “la sanguchería Pepe de la avenida Perón al 160”. Sin embargo, reconoce que “ama hacer asados”.
Sabor y decoración
Boucou definió su participación en el Campeonato Federal de Asado como “única”. “Fue la primera vez que viajaba a Buenos Aires y que me subí a un avión”. Asimismo, contó que le dieron pruebas con distintos cortes donde no solo se evaluaba el sabor sino la decoración y cómo innovaba cada participante. “Contabamos con una hora para cada corte de carne y para el desafío provoleta teníamos 15 minutos”, dijo.
En este sentido, recordó cuando hizo una “provoleta cuadrada”. “Cuando hice la provoleta, me animé a hacerla cuadrada. Justo hice un pan que me salió cuadrado y tuve que hacer la provoleta de esa forma. A eso le sumé verdura grillada”, describió.
Sin embargo, reveló que su mejor plato fue la bondiola. “Le inyecté ajo e hice que se cocine bien despacio. Incluso, casi no llegué a presentarla, pero fue lo que mejor me dijeron que me salió”, concluyó.