BERLÍN, Alemania.- La contraofensiva ucraniana para recuperar territorio ocupado por las tropas rusas no apresurará las conversaciones para acercar a Kiev a un ingreso a la alianza militar atlántica (OTAN) ni tampoco para negociar la paz con Rusia.
Hacerlo en este momento sería contraproducente porque le daría a Rusia la posibilidad de “dictar” las condiciones, según Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza Atlántica.
“Una paz justa no puede significar congelar el conflicto y aceptar un acuerdo dictado por Rusia. Solo Ucrania puede definir los términos que son aceptables”, remarcó.
“Cuanto más terreno sean capaces de liberar los ucranianos más fuertes serán en la mesa de negociaciones”, declaró a un periódico alemán
Durante una visita a Berlín, Stoltenberg dijo que la cumbre que los aliados celebraran en julio en Vilna, la capital de Lituania, no dará lugar a una invitación formal para que Ucrania se una a la alianza.
“En la cumbre de Vilna y en los preparativos de la cumbre, no estamos debatiendo la posibilidad de cursar una invitación formal”, declaró el noruego tras reunirse con el canciller alemán, Olaf Scholz.
La firmeza con la que Stoltenberg respondió a la consulta se contradice con los indicios que venían dando los aliados y con las expectativas de Kiev, de acelerar un ingreso de Ucrania a la OTAN, el supuesto disparador del ataque de Moscú, que dijo sentirse amenazado por la cercanía de las tropas occidentales en su frontera.
“Rusia no tiene derecho de veto en la OTAN” o “nuestra organización tiene las puertas abiertas como se ha demostrado en los casos de Suecia y Finlandia”, fueron las palabras de Stoltenberg, que parecían impulsar el pedido ucraniano para ingresar a la alianza.
El presidente francés, Emmanuel Macron, fue el único que anticipó que Vilna no será el escenario para esa incorporación ocurra.
“Seamos francos. No creo que la Cumbre de Vilna vaya a alcanzar un consenso entre los aliados sobre la plena integración de Ucrania en la Alianza”, dijo Macron en la conferencia de seguridad global que se celebró en mayo en Bratislava.
Macron propone que, en vez de una incorporación de Ucrania a la OTAN, los aliados tendrían que discutir garantías de seguridad sólida y global, “en un marco multilateral”.
Por ahora, los socios de la OTAN le ofrecen a Ucrania ayuda militar, pero no alianza estratégica.
En ese contexto, el secretario general de la OTAN, reiteró su advertencia contra la aceptación de un conflicto congelado en Ucrania a cambio del fin de la guerra.
Las perspectivas de la paz justa o de negociaciones son, sin embargo, escasas ante la negativa de las partes a ceder y las dificultades con las que Ucrania se encuentra en una contraofensiva que en 10 días se ha traducido en la recuperación de 100 kilómetros cuadrados.
Los aliados y entre ellos Alemania se preparan por ello para la posibilidad de que la guerra en Ucrania pueda durar todavía algún tiempo.
“Nos estamos preparando para ello y estamos ajustando nuestras políticas en función de esa posibilidad”, afirmó Scholz, añadiendo que Alemania seguirá apoyando a Ucrania durante el tiempo que sea necesario.
Con la cita de Vilna en el horizonte, el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, ha viajado a París para participar una reunión sobre la defensa aérea europea, en medio de las diferencias sobre cómo modernizar los sistemas de defensa aérea europeos. Francia, organizadora de las conversaciones de París, no se adhirió a la Iniciativa Escudo del Cielo Europeo (ESSI), lanzada por Alemania y que ahora incluye a 17 países. (Especial)