El porvenir de la psicología frente a las nuevas prácticas, demandas y subjetividades es un tema fascinante y complejo. En primer lugar el porvenir alude al futuro, a algo que no se conoce, implica más que una respuesta, una pregunta. Ya Freud nos advirtió en el texto “El porvenir de una ilusión” la inseguridad que implica emitir un juicio sobre el porvenir. Incertidumbre inherente a toda predicción.
Hablar del porvenir es hablar de lo que todavía no es, pero va a ser, implica un quizás, imaginar el mañana. El hombre sin dudas es un animal profético, ya que profetiza cada día, así trata de prever e influir en el futuro. Busca apoyarse en lo que se sabe del ayer, tener en cuenta el hoy y prever el mañana, para intentar dominar el futuro.
Los psicólogos/as en este Congreso intentaremos prever y también saber algo de lo incierto. Este porvenir sin dudas implicará vacilaciones, retrocesos, rupturas y contradicciones, pero al mismo tiempo constituirá un cálculo enriquecedor.
¿Por qué hablamos de nuevas prácticas, demandas y subjetividades? Porque el mundo cambió y a partir de allí la psicología tiene varios desafíos en esta nueva realidad. Tomaré dos autores que nos permitirán pensar algo de ese mundo que se viene: Paula Sibilia, antropóloga argentina que actualmente vive en Río de Janeiro -quien asistirá al Congreso- y René Kaes, psicoanalista francés.
Sibilia afirma que estamos en una transición histórica entre dos culturas: desde la cultura moderna, analógica (que ya no es tan moderna) a una cultura contemporánea digital. Este cambio cultural, provocado por la incorporación de nuevas tecnologías, trajo como consecuencia modos de vivir diferentes, nuevos valores y creencias, nuevo uso del tiempo y el espacio. Implica un modo diferente de relacionarnos con nosotros, con los otros y con el mundo, cambiando así los cuerpos y las subjetividades.
El cambio es profundo. Vamos migrando vertiginosamente desde la introspección, la concentración y la disciplina propias de la sociedad disciplinaria. ¿Se acuerdan cuando El Principito decía “lo esencial es invisible a los ojos”? Vamos hacia la cultura de la conexión, la visibilidad, la dispersión y la multitarea, propias de la sociedad de control descripta por Deleuze. Sociedad de control regulada por el mercado y bajo la égida de la imagen y la sociedad del espectáculo.
Kaes propone, a su vez, un cambio en el modo de ver al sujeto de la modernidad tardía, posmodernidad o hipermodernidad. Lo sitúa también en un cambio de época. Entre el mal-estar teorizado por Freud en el “Malestar en la cultura”, hacia lo que él denomina el “maletre” o el mal-ser. Este término, maletre, pergeñado por Kaes, alude a la desazón que atraviesa al sujeto contemporáneo. La diferencia entre el mal-estar propuesto por Freud, cultura que le impone restricciones al sujeto para su inclusión, hacia lo que Kaes denominó el mal-ser, aludiendo a la desazón, dolor y desamparo del sujeto contemporáneo, provocado por la caída de los apuntalamientos psíquicos y sociales a los que se enfrenta. Caída de los grandes relatos, del lazo social, de las ideologías, caída de los apuntalamientos dirá Kaes.
Vemos que esta nueva época nos desafía a crear e imaginar nuevas practicas, demandas y subjetividades. Para adaptarse al porvenir el psicólogo deberá tener a su disposición una caja de herramientas para utilizar acorde a cada caso, pensar en una intervención situada, problematizar y elucidar sus viejas prácticas y realizar a partir de allí reformulaciones conceptuales. Finalmente, como porvenir estará el desafío de ayudar a los sujetos a recuperar su capacidad de amar, de pensar, de jugar y de trabajar.
Durante el congreso abordaremos temas como:
- Nuevas patologías o la depatologización de la clínica
- Nuevas sexualidades y género
- Violencia
- Salud, educación y discapacidad
- Salud mental y derechos humanos
- Inteligencia artificial