Expertos del Conicet, de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del Ente Cultural de Tucumán viajaron hasta El Mollar para visitar el Museo Arqueológico a Cielo Abierto Los Menhires. El objetivo fue claro: tomar muestras de los líquenes que hay en las piedras ancestrales, para avanzar sobre la conversación y protección de los megalitos. Es que, al estar en la intemperie, se detectó que diferentes organismos los están afectando. Y hay que hacer algo para salvarlos.
Todo se dio en marco de un encuentro de especialistas del Ente Cultural, científicos de la UBA y representantes de los pueblos originarios. “Hemos venido a tomar muestras con el fin de hacer ensayos en laboratorio, identificar los líquenes que crecen ahí y hacer los ensayos para probar diferentes biocidas amigables con el ambiente. A partir de cultivos que se realizarán en el laboratorio veremos la efectividad de cada biocida para luego ser entregados al Ente Cultural de Tucumán, con quien tenemos un convenio, y así concluir la tarea -relató Alejandra Fazio, bióloga e integrante del Instituto de Micología y Botánica (Inmibo) de UBA - Conicet-; los líquenes son una asociación de hongos y algas que producen sustancias que erosionan los Menhires, produciendo fisuras debido a la humedad y la expansión del talo”.
Los biocidas son sustancias químicas que logran destruir, contrarrestar o neutralizar organismos nocivos. Para los Menhires, se utilizarían biocidas ecológicos, para no dañar ni los monolitos ni el medio ambiente.
Al fin y al cabo, lo primordial es proteger las estructuras. De hecho, las muestras fueron tomadas sobre otras piedras del lugar y no sobre Los Menhires. “Hicimos una reunión con las comunidades para contarles el proyecto y ellos nos pidieron que no tomáramos muestras de los menhires específicamente, por lo tanto, las muestras fueron extraídas de rocas comunes que hay en el predio que no son patrimonializables”, comentó el arqueólogo Osvaldo Díaz, integrante de la Dirección de Patrimonio Cultural del Ente Cultural.
Acordada la metodología de trabajo a seguir, se comenzó con la toma de muestras que se extendió hasta el 7 de junio. Las muestras fueron extraídas con especial cuidado para no dañar los líquenes y, de esta manera, poder estudiarlos para desarrollar un biocida que los elimine sin dañar los monolitos. Una vez que se determinen los biocidas óptimos, se harán las primeras pruebas en las rocas aledañas para luego determinar si se aplican o no en los Menhires.
Mercedes Aguirre, a cargo de la Dirección de Patrimonio, destacó la importancia de realizar esta tarea para “dar continuidad al trabajo de preservación que se viene haciendo, y generar nuevas formas de combatir los agentes externos que dificultan la conservación de nuestro patrimonio”.