La primera consagración de Denver Nuggets como campeón de la NBA tiene suficiente base argumental como para hacer una exitosa miniserie en alguna plataforma de streaming (y la habrá, más pronto que tarde), pero sin dudas, la piedra angular de ese relato será Nikola Jokic. Lo del serbio no sólo fue espectacular desde lo estadístico, sino también desde lo contracultural: casi todo en él, incluso su historia, resulta atípico. Su perfil silencioso y humilde, su físico poco definido y su tranco pesado y hasta en apariencia torpe, contrastan con los de las grandes leyendas de la NBA. Porque eso es lo que está llamado a ser Jokic, el gigante que llegó en silencio y cargó a Denver Nuggets sobre sus hombros hasta llevarlo al primer anillo de su historia.
Un buen punto de partida para esta eventual miniserie de la franquicia de Colorado sería la infancia de Jokic en Serbia, parecida a la de Novak Djokovic: acostumbrado a salir corriendo a los refugios cada vez que las alarmas anunciaban bombardeos de la OTAN. En aquel entonces, el pequeño Nikola no era precisamente pequeño: sufría problemas de obesidad, en buena medida por su adicción a la Coca Cola, de la que bebía varios litros al día. Por su altura, en el colegio le insistieron con que se probara en el básquet, deporte que ya practicaban sus hermanos mayores, pero a Nikola no le gustaba hacer actividad física. De hecho, prefería estudiar. Sin embargo, pronto mostró tener habilidad natural para el básquet, y aunque a veces llegaba a llorar por tener que entrenarse, de a poco le fue tomando el gusto. Eso sí: su verdadera pasión eran los caballos, afición que sostiene hasta el día de hoy.
El sueño de Nikola no era la NBA, sino a la Euroliga. Sencillamente, porque pensaba que no tenía talento suficiente para llegar a la mejor liga del mundo. A tal punto que cuando Denver lo seleccionó en el draft de 2014, el serbio estaba durmiendo. Fue su hermano el que lo despertó a los gritos por teléfono para avisarle. Curiosamente, en la transmisión televisiva de aquel draft, la selección de Jokic no apareció en pantalla. Dado que el rating suele decaer una vez superada la primera ronda, para cuando llegó el momento del serbio (fue elegido el turno 41), la cadena había puesto al aire un comercial de comida mexicana. El único registro que quedó de aquel momento fue un breve zócalo donde se anunciaba la elección del desconocido Jokic.
Sin embargo, para alcanzar la gloria fue preciso que Denver fichara a algunos jugadores clave (como Aaron Gordon) y dejara ir a otros (como Gary Harris), para armar un equipo en torno al gigante serbio. Y así, los Nuggets fueron abriéndose paso hacia el título con un estilo muy diferente al que domina el básquet actual, mucho más pausado y con mayor penetración al aro. Por caso, estuvo lejos de los equipos líderes en intentos de tres puntos (31,6 lanzamientos cada 100 posesiones), mientras que fue el segundo mejor en dobles (58,9 cada 100 posesiones, 55% de efectividad), con un Dokic estelar habilitando compañeros con asistencias que hacen parecer que tiene ojos en la espalda.