Los únicos puntos que admiten subjetividades son los que otorgan los empates. Dependiendo del contexto -y a veces de la crónica del partido en cuestión- se dirá que sirven o que no. En el caso del que Boca rescató en el final del partido con Lanús, habrá quien sostenga que el “xeneize” estaba prácticamente condenado a la derrota y que el gol de Darío Benedetto al filo del cronómetro llegó como regalo del cielo; otros, en cambio, se enfocarán en las dos unidades que dejó de sumar en esta carrera por descontarle puntos a los de arriba (en especial a River) y que lo hubieran depositado un par de escalones más arriba, en el octavo lugar. Hoy sigue décimo.
Eso ya queda a gusto del consumidor. Lo que no se puede debatir es que, como estaban dadas las cosas hasta el minuto 89, el punto le sirve a Boca. Porque poco siempre es mejor que nada, y porque se jugaba en La Bombonera, y el impacto anímico de una derrota siempre es mayor para el que pone la cancha y tiene el público a favor.
Además, no fue precisamente un gran partido el de Boca. Si bien es cierto que la seguidilla de lesiones ha diezmado significativamente las opciones con las que cuenta Jorge Almirón, no alcanza a explicar la falta de sintonía y de ideas en las que a veces incurre el “xeneize”, y el mal momento que atraviesan jugadores como Guillermo Fernández y Juan Ramírez. Este último pasó de extremo tras la baja de Luis Advíncula, pero el cambio de posición no surtió el mismo efecto que con el peruano. La intrascendencia del ex San Lorenzo siguió siendo la misma, esta vez complementada con otra mala noche de “Pol” Fernández (junto a aquel, el más discutido por la hinchada hoy por hoy). Cristian Medina volvió a ser de lo mejor del medio campo, aunque alternando buenas con malas.
La defensa es quizás la principal preocupación de Almirón. Con Nicolás Figal lesionado y Marcelo Weigandt suspendido, se nota mucho. El gol de Leandro Díaz, sobre el final del primer tiempo, contó con la necesaria complicidad de un estático Nicolás Valentini, que lo dejó cabecear casi sin resistencia un buen centro de Sánchez Miño. Y a eso se le suma la cada vez más evidente incomodidad de Valentín Barco en el puesto de lateral izquierdo. Por su tendencia a subir, suelen ganarle la espalda con frecuencia. Aunque vale decir que es también el que más intenta los pases profundos que abren espacios.
Sobre el final, cuando parecía cantado el triunfo del “granate”, Alan Varela le puso un gran pase a Medina, que le sirvió el gol a Benedetto. El línea levantó la bandera por un supuesto off-side de Medina, pero desde el VAR (donde estaba el tucumano Luis Lobo Medina) confirmaron la licitud del empate.
Además del punto, a Boca le queda de positivo el debut de Aaron Anselmino (muy firme en la posición de central) y del delantero Brandon Cortés, que casi no tuvo participación, pero que seguramente la tenga en alguno de los próximos partidos.