Tras ganar el segundo set y equilibrar el partido, Tomás Etcheverry arrancó con todo el tercer parcial: quebró y se puso 2-0. Parecía que el pasaje a la semifinal de Roland Garros era una misión posible para el platense, pero allí se encendió en el alemán Alexander Zverev ese motor que lo llevó a ser número 2 del mundo y sacó lo mejor de su tenis. Concentrado, potente y certero cada vez que apuntaba a las líneas, Zverev se hizo del control mental del juego, aspecto clave en esta instancia de un torneo de Gran Slam. Y así lo resolvió: 6-4, 3-6, 6-3 y 6-4.
Para Etcheverry queda el recuerdo de un Abierto francés que puede partir aguas en su carrera. A los 23 años, está a las puertas de meterse entre los mejores 30 del mundo y el circuito ya lo mira de otra manera. El análisis pospartido de Zverev lo resume de la mejor forma: “está jugando un gran tenis, me recuerda a Del Potro, la manera en la que pega su derecha. Es muy joven y si sigue así lo veremos en los cuartos de final más seguido, eso seguro; entrará a un top ten y ganará títulos”. El alemán chocará mañana con el noruego Casper Ruud por el pase a la final, mientras por el otro lado se producirá el choque de planetas entre Carlos Alcaraz y Novak Djokovic.
Pero queda una carta para el tenis argentino en Roland Garros, porque el marplatense Horacio Zeballos disputará hoy una de las semifinales de dobles. En dupla con el español Marc Granollers enfrentarán al dúo Ivan Dodig-Austin Krajicek. También están programadas hoy las semifinales femeninas, con los duelos entre Karolina Muchova-Aryna Sabalenka y la número uno del mundo Iga Swiatek y la brasileña Beatriz Haddad Maia.