El Banco Mundial mermó la expectativa de crecimiento de la Argentina, estimando que la economía entrará en recesión y el PBI caerá un 2%. En su informe anterior calculaba una expansión económica de 4% pero el escenario fue revertido por el impacto de la sequía.
En el reporte, difundido este martes, el organismo advierte que el crecimiento mundial se desacelera y el riesgo de que surjan tensiones financieras en los mercados emergentes y economías en desarrollo se está intensificando.
En este contexto, señala: “se proyecta que la economía de Argentina caerá un 2% en 2023 y luego crecerá a un 2,3% en 2024 a medida que se recupere de la gran sequía de este año”.
Según el Banco Mundial, “la sequía ha causado disminuciones en las cosechas de soja y maíz, los principales productos básicos de exportación, equivalentes al 3% del PBI” y que “también ha afectado gravemente a la producción de trigo”.
Además, indica otro factor externo que agrega un impacto negativo: “La desaceleración económica de este año en Brasil, el principal socio comercial de Argentina, pesará sobre las exportaciones no relacionadas con las materias primas del país”.
También señala que “la escasez resultante de divisas creará dificultades para los importadores, especialmente los de las industrias no agrícolas”. Además, “la inflación ha seguido creciendo, superando el 100% anual”.
Los números del informe son más drásticos aún que las estimaciones más recientes del Fondo Monetario Internacional (FMI), que en abril pronosticó para la Argentina un crecimiento del 0,2%.
El crecimiento mundial se desacelera, salvo Asia oriental
"La economía mundial se encuentra en una situación precaria", afirmó Indermit Gill, economista en jefe y vicepresidente senior del Grupo Banco Mundial. "Excepto en Asia oriental y meridional, estamos muy lejos de alcanzar el dinamismo necesario para poner fin a la pobreza, contrarrestar el cambio climático y reponer el capital humano. En 2023, el ritmo de crecimiento del comercio descenderá a menos de un tercio del que se registraba en los años anteriores a la pandemia".
En ese contexto, el organismo destaca que "en los mercados emergentes y economías en desarrollo, la presión de la deuda está aumentando debido al aumento de las tasas de interés. A raíz de deficiencias fiscales, muchos países de ingreso bajo ya han caído en un sobreendeudamiento".