Una empresa familiar dedicada a la citricultura, de la localidad misionera de Eldorado, reveló que podría perder cerca de 1.000 toneladas de limones debido a que los trabajadores temen perder sus beneficios por la incompatibilidad de conseguir un empleo temporario y sostener la ayuda social del Estado.
Isabel Freiberger, una de las encargadas del campo, explicó en una entrevista con medios misioneros que “cuando buscamos personas para contratar, no tenemos problemas. El inconveniente surge cuando les pedimos su DNI para registrarlos en AFIP. Nos dicen que no quieren ser empleados registrados porque eso les haría perder la Tarjeta Alimentaria y el salario universal”.
La productora agregó además que “aunque intentemos convencerlos de que después de tres meses recibirán un salario con aportes, se niegan rotundamente. Argumentan que no pueden permitirse pasar tres meses sin su salario y que la Tarjeta Alimentaria se cancela de inmediato”.
La desconfianza de los trabajadores temporarios
Si bien el decreto presidencial 514/2021 permite compatibilizar la percepción de planes y programas sociales con el trabajo registrado en actividades temporales y estacionales, en algunas economías regionales persisten todavía algunos problemas para encontrar mano de obra, algo que provoca enormes pérdidas económicas, debido a la escasez de trabajadores para la recolección.
El director ejecutivo de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Pablo Vernengo, le dijo a Lanacion.com que explicó que “no se consiguen trabajadores en la actividad citrícola, tampoco en el sector tabacalero, y lo mismo ha sucedido con la vid. Lamentablemente, después de mucho esfuerzo, logramos el decreto presidencial 514 en 2021, el cual vence en agosto de este año. Sin embargo, en diciembre hubo una resolución por parte del Ministerio de Desarrollo Social que desacopló la Tarjeta Alimentar y los trabajadores estacionales perdieron ese beneficio. Esto ha generado mucha desconfianza”..
Pese a que Vernengo aseguró que desde la entidad que nuclea a los empresarios advirtieron de la situación al Gobierno, todavía no recibieron una respuesta.
“Las autoridades nacionales y provinciales deberían hacerse responsables de esto, porque el decreto no funciona y llevamos varios años sufriendo esta situación. Casi nos hemos acostumbrado, pero lo triste es que ni siquiera podemos llevar a cabo las tareas de cuidado y mantenimiento durante todo el año”, se lamentó Freiberger.
La cosecha de limones comenzó en mayo y se extenderá en julio, por lo que el sector está urgido por encontrar una solución, que en pocas semanas también podría afectar a recolección de mandarinas y naranjas.