Daniela Carbone, la azafata acusada de realizar el llamado telefónico que amenazó con la presencia de una bomba en un vuelo de Aerolíneas Argentinas, continúa detenida en una celda especial en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. La mujer se negó a declarar y espera la decisión del juez federal Federico Villena sobre el pedido de prisión domiciliaria solicitado por su abogado.
Los delitos que recaen sobre Carbone son intimidación pública y entorpecimiento de los servicios públicos (art. 211 y 194 del Código Penal, respectivamente). Ambos son faltas graves, por ende, de comprobarse la acusación y el delito, la empresa sancionará a la persona investigada de forma proporcional a la gravedad del hecho", había anticipado Aerolíneas Argentinas, que se presentará como querellante en la causa. La compañía perdió un millón de dólares por retrasar el vuelo que debía viajar a Miami.
Azafata detenida: cómo fue la amenaza al vuelo de Aerolíneas Argentinas
El domingo 21 de mayo, el vuelo AR1304 de Aerolíneas debió ser evacuado en su totalidad cuando estaba por partir rumbo a Miami, con 270 pasajeros y 12 tripulantes a las 07.35, al recibir, tanto el comandante del vuelo como personal de tierra, una amenaza asociada al vuelo.
Finalmente, tras corroborarse que se trataba de una falsa amenaza, el avión despegó a las 16.50, más de nueve horas después de lo previsto.
De acuerdo con fuentes vinculadas con la investigación, la amenaza consistió en un audio que decía: "Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos".
La voz fue distorsionada, pero los investigadores pudieron establecer primero que se trataba de una mujer y, luego, identificar el origen de la comunicación, lo que llevó a la detención de la azafata.
Cómo fue la detención de la azafata acusada de amenaza de bomba
El juez Villena y el fiscal Sergio Mola comenzaron a trabajar de inmediato junto al personal de la división Antiterrorismo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Y hubo un detalle que a los investigadores les llamó la atención. Todo el tiempo hay amenazas en el aeropuerto, pero el teléfono al que se había hecho la de este día no era un número fácil de conseguir.
Otro indicio que le permitió a los detectives orientarse fueron las formas. “Se notaba que era una persona que conocía la actividad aeroportuaria”, precisó una fuente consultada por Infobae.
Además, el piloto, a quien estaba dirigida la amenaza, no estaba participando de actividad política sindical. La advertencia sobre “que se deje de joder con la política” permitió pensar en un conocimiento del mundo interno de los ocupantes de la tripulación y no ya de los pasajeros.
Los investigadores se centraron en la mujer a 48 horas de iniciada la causa. Pero necesitaban recolectar pruebas y confirmar las sospechas. La llamada salió del teléfono de su hija, con un chip prepago. La mujer fue apresada al arribar al país en su último vuelo. “La estaban esperando”, señalaron las fuentes.