Una visita (a una cancha) incómoda, un lugar (en la tabla) incómodo. Atlético Tucumán llegó al sur del Gran Buenos Aires consciente del desafío que le esperaban: buscar una victoria en “La Fortaleza”, donde jamás ganó, o al menos sumar para no terminar la fecha en zona de descenso, algo que nunca sucedió desde el desembarco de Lucas Pusineri en el banco de 25 de Mayo y Chile.
La victoria de Unión en Santa Fe ante Gimnasia ayer al mediodía añadió un factor más de presión al “decano”. Paradójicamente, después de haberse reencontrado con la victoria hace 10 días en el “Monumental”, en el agónico 1-0 sobre Arsenal.
Cuando el plantel de Atlético llegó en micro al estadio “Ciudad de Lanús”, dos horas antes del comienzo del partido, ya se había concretado una nueva derrota de Independiente ante Godoy Cruz en Mendoza.
Así, como mínimo cinco equipos habrían de cerrar la fecha 19 en la zona roja de la tabla anual con 18 puntos, uno más que Arsenal -suma 17 unidades, más allá de que pierde la categoría por promedio-.
En el lote de los que tendrían que desempatar, además de Independiente, figuran Vélez Sarsfield, Huracán, Banfield y Unión, el único que festejó en la jornada dominguera. El “fortín” incluso perdió ayer a Ricardo Gareca como entrenador y todos los demás ya cambiaron de estrategas en lo que va de temporada.
El sexto en cuestión era el “decano”, con una salvedad: siempre con Pusineri al mando. Y el equipo tucumano gozaba aún de la posibilidad cierta de escapar de ese escalón de los 18, de subir algún peldaño antes de que cambiara el día. Siempre y cuando, claro, lograra llevarse algo de su duelo con el “granate”.
Por supuesto, está el hecho de que después del choque en la fría noche de Lanús todavía quedan 22 partidos este año (ocho por el campeonato y otros 14 por la Copa de la Liga) para determinar el descenso directo.
Mucho para recorrer
En la otra tabla del terror, la de los promedios, Atlético tiene algo más de margen, básicamente a caballo de la excelente campaña en la Liga Profesional 2022.
En la previa, la situación en la tabla era inusual. Y el desafío, mayúsculo. Porque en las diez visitas anteriores al estadio que luce orgulloso su pertenencia al “club de barrio más grande del mundo”, Atlético jamás logró retirarse vencedor. Fueron apenas cuatro empates, más seis victorias para el local (en el historial acumulados entre cruces en Primera y el ascenso). El granate, definitivamente, no era un color que le hubiera sentado bien al “decano” en el pasado.
Y de anfitrión tampoco daba para tirar manteca al techo, apenas dos triunfos en el “Monumental José Fierro”, uno por 1-0 en la B Nacional en el año 1987, y solo uno en Primera división, el último, en junio de 2022, con un doblete de Ramiro Carrera para un recordado 2-1 que adelantó el protagonismo que sobrevendría después.
De regreso a este 2023, con el Lanús de Frank Kudelka en buen momento y con pretensiones de copas internacionales, la ambición de asaltar la “Fortaleza” implicaba un desafío aún mayor que en excursiones anteriores. Sobre todo por el mal presente del “decano”, más allá de la última victoria.
La diferencia en la tabla, el mayor poder de fuego del “granate”, las distintas dinámicas que implican sumar ocho victorias (Lanús) o apenas tres (Atlético). Datos que hablaban de la necesidad del conjunto tucumano de escribir una historia, si no épica, importante para lo que habrá de venir de aquí en más.
Así lo veían los hinchas de Lanús, como un partido con un claro favorito: su equipo.
“Estamos muy bien, necesitamos meter un par de victorias consecutivas y podemos terminar en el podio del torneo. ¿Luchar por el título? No creo que nos dé, pero teniendo en cuenta cómo veníamos en las últimas temporadas… No está nada mal la campaña”, afirmó Laura Benítez, una plateísta que desde adolescente jamás se pierde un partido de local.
Unos metros más allá, Osvaldo Díaz coincide pero advierte: “Tucumán tiene mejor equipo que lo que muestra la tabla. Igual, confío en una victoria”.
Detrás de él, sobre la calle Guidi, cuelga una pasacalles con un dibujo que refiere a Nicolás Russo, el histórico dirigente que revolucionó a Lanús y ahora promete llevar sus logros a la intendencia de la ciudad.