Ayer, la segunda jornada de marchas por el movimiento #NiUnaMenos estuvo liderada por las familiares de víctimas de femicidio. Algunas de ellas utilizaron el espacio para exponer los casos y para pedir justicia por las mujeres que fallecieron por sufrir violencia de género. Entre las presentes, estuvieron Dora López y Noelia Díaz, madre y hermana de Melina Díaz, la primera víctima de femicidio que registró la provincia en 2023. “Queremos que se difunda este caso para que la Fiscalía haga su trabajo”, dijo en una entrevista con LA GACETA Noelia.
La víctima era una joven de 17 años oriunda de Alderetes. La madrugada del 1 de enero salió a una fiesta junto con una compañera de trabajo y su familia no volvió a verla con vida. La última persona que estuvo con ella antes de morir fue un joven, al cual habría conocido esa noche. “Su compañera de trabajo dijo que Melina se había ido con él a su casa para tener relaciones sexuales, pero yo no creo que haya sido algo consensuado”, dijo Dora. Melina fue encontrada sin vida en el asiento trasero del auto de este chico. “Lo que su familia y él dijeron fue que estaban teniendo relaciones y ella de repente se desvaneció, dijeron que fue una muerte natural. Pero es mentira, la autopsia indicó que ella tuvo una perforación en su zona íntima, de entre cinco y siete centímetros, que le provocó una gran pérdida de sangre y que finalmente falleció por un shock hipovolémico. ¿Cómo es posible que semejante herida se produzca en ese contexto?”, dijo Noelia.
La familia Díaz denunció que, a pesar de que ya pasaron seis meses desde la muerte de la adolescentes, la Fiscalía de Homicidios I, a cargo de Ignacio López Bustos, no realizó ninguna acusación en contra del principal sospechoso. “La causa fue caratulada como homicidio simple. Nosotros contratamos criminólogos particulares porque sentimos que desde la Fiscalía no están haciendo la investigación que corresponde y presentamos toda la evidencia que recolectamos; entonces no entendemos por qué López Bustos nos dice que no tiene material suficiente para realizar la acusación. Nos parece una burla y una falta de respeto tremenda. ¡Sólo queremos justicia por mi hija!, finalizó Dora sumamente conmovida.
Durante la manifestación, también brindaron sus testimonios las madres y allegadas de otras víctimas de femicidios.
Alejandra Aparicio, la madre de Ana Ríos, viajó desde Jujuy para estar presente. Ana perdió su vida el 1 de abril de 2019 luego de que su pareja, Fernando Guerrero la empujara al vacío desde un departamento ubicado en San Juan al 600. En 2022 Guerrero fue condenado a prisión perpetua, pero sus defensores apelaron el fallo. El ministro Fiscal Edmundo Jiménez aceptó el planteo y opinó que la sentencia debería ser anulada porque los jueces no analizaron detenidamente las pruebas. “La Corte todavía no firmó la sentencia; yo pido que se haga firme la condena”, dijo Aparicio.
También alzó la voz la madre de Ana Picone, la mujer que falleció el 17 de junio del año pasado luego de tomar el arma reglamentaria de su ex pareja, el ex guardiacárcel Gerardo David Bazán, y dispararse en la cabeza. A raíz de diversas evidencias recolectadas, el hombre fue acusado de instigar el suicidio de Picone. “Toda su familia lo cubre, esa noche estuvieron todos ellos presentes. Mi hija era una gran mujer, tenía una bebé de dos años que la tiene presente todo el tiempo. ¡Por favor ayúdenme para tener justicia por ella!”, reclamó. Por último habló Agustina, una amiga de Nahir Klimasauskas, la joven salteña que el pasado 19 de febrero habría sido arrojada por su pareja desde el cuarto piso del departamento donde residían ubicado en Orán, Salta. “El juez Francisco Oyarzú le dio domiciliaria sabiendo de que él intentó escapar a Bolivia; encima los datos de la autopsia informaron que Nahir intentó sujetarse del balcón para no caer y aún así la defensa insiste en que ella se suicidó. Queremos justicia por Nahir y por todas las que mueren en manos de femicidas” exclamó. (Producción periodística: Micaela Pinna Otero)