Daniela Carbone está acusada de llamar por teléfono a la tripulación de un avión de Aerolíneas Argentinas que debía viajar a Miami y amenzarla con la presencia de una bomba. La azafata está detenida y aunque se negó a declarar todo indica que lo hizo por depecho. En la aeronave estaba su expareja, también comandante de abordo, quien la habría dejado tras cinco años de relación.
Todo sucedió el domingo 21 a la mañana, en el aeropuerto internacional de Ezeiza, cuando se preparaba la partida a las 7.35 del vuelo “AR1304 Ezeiza-Miami” que llevaba a 270 pasajeros y 12 tripulantes.
“Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos”, decía voz que resultó distorsionada del otro lado del teléfono.
De inmediato, se activó el operativo de protocolo de seguridad para controlar que no hubiera explosivos. Como consecuencia de la amenaza, el avión postergó siete horas su partida, una complicación que a la empresa estatal le costó una cifra que rondó el millón de dólares.
El juez Villena y el fiscal Sergio Mola comenzaron a trabajar de inmediato junto al personal de la división Antiterrorismo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria. La mujer quedó detenida apenas aterrizó el otro vuelo proveniente de Miami.
Qué es lo que dejó expuesta a la azafata que hizo la amenaza de bomba
Hubo un detalle que a los investigadores les llamó la atención. Todo el tiempo hay amenazas en el aeropuerto, pero el teléfono al que se había hecho la de este día no era un número fácil de conseguir. Otro indicio que le permitió a los detectives orientarse fueron las formas. “Se notaba que era una persona que conocía la actividad aeroportuaria”, precisó una fuente consultada por Infobae.
El piloto no estaba participando de actividad política sindical. La advertencia sobre “que se deje de joder con la política” permitió pensar en un conocimiento del mundo interno de los ocupantes de la tripulación y no ya de los pasajeros.
Las sospechas, sin embargo, apuntan a que poner en foco al piloto fue una estrategia de la acusada para encubrir la razón del verdadero destinatario del mensaje. “Así como distorsionó la voz, también apuntó hacia otro. Buscó confundir”, trascendió.