La apertura de la UE a los cítricos orgánicos del país

La noticia de que la Unión Europea vuelve a recibir cítricos orgánicos de Argentina, luego de 20 años de tener las fronteras cerradas, es un soplo de aire fresco para un sector que atraviesa una severa crisis debido a “temas estructurales que afectan la rentabilidad” (como señaló un referente), la sequía y la reducción severa de las exportaciones a causa de la guerra.

La apertura de la UE, si bien no generará un cambio sustancial inmediato, sí supone un impacto positivo en la producción de cítricos orgánicos del país, que hoy cuenta con 3.342 hectáreas cultivadas bajo estas características, con lo que se favorece el desarrollo de las economías regionales, según indicó el Gobierno.

“Seguramente con esta noticia muchas empresas van a empezar a producir limón orgánico, que tiene precio diferencial”, dijo el ministro de la Producción de la Provincia, que reconoció que la reconversión va a ser larga y que el porcentaje de producción es bajo, precisamente por la limitación que había en la UE.

Según se detalló, la producción de limón orgánico prácticamente es acaparada por Estados Unidos y Canadá, y apenas hay apertura a China y Vietnam. El cultivo de limón orgánico es muy específico: sin herbicidas ni insecticidas químicos y se trabaja con compuestos orgánicos. El ingreso a la Unión Europea se logró por la aceptación de una propuesta del Senasa a la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea (DG AGRI) para utilizar bicarbonato de sodio como tratamiento de poscosecha en la exportación de cítricos orgánicos.

Esta propuesta fue admitida por el área de Salud y Seguridad Alimentaria del bloque como tratamiento de desinfección contra la cancrosis. “Con esta medida queda autorizada la exportación de estas frutas impedida hasta hoy, porque nuestro país carecía de tratamientos de poscosecha admitidos por las autoridades de la DG AGRI”, indicó la cartera agropecuaria en un comunicado.

Si bien el área de cultivo es baja en nuestro medio, hay ejemplos de buenos resultados. De hecho, una empresa de Tafí Viejo recibió el año pasado el premio “Exportar”, de la Cancillería, por su producción. “Vimos una oportunidad en el limón orgánico a partir de escuchar que nuestros clientes demandaban productos sustentables, que no lastimaran el ambiente, y que observaran normas de calidad ética y social. Empezó así, hace 15 años, nuestra verdadera misión empresarial. En ese momento creímos que tarde o temprano el limón orgánico se iba a imponer, y nos convertimos en unos de los primeros exportadores de productos frescos sin tratamiento ni residuos hacia Europa”, dijeron los referentes de esta empresa.

Entonces se hizo notorio el contraste con la situación general, dado el retroceso en la Argentina, por la emergencia de grandes productores en otros lugares del mundo, la falta de condiciones adecuadas para competir, la debacle económica local y la invasión rusa a Ucrania.

Este año la crisis de la industria fue tremenda: incertidumbre por la provisión y el valor del gas, problemas salariales derivados de una inflación desbocada, conflictos por las retenciones sobre algunos productos de la agroindustria y altas subas de fletes internacionales. Precisamente algunas empresas han cambiado de rubro y ya se ha visto un aumento en los cultivos de caña junto a la disminución de los de citrus.

Así las cosas, la reapertura del mercado europeo para el limón orgánico es una señal de esperanza para el sector y marca un camino a seguir.