Si bien persisten los dolores de cabeza ante las pérdidas causadas por la prolongada y severa sequía que sufrieron los cultivos en los campos argentinos, la buena noticia es que las lluvias de los últimos días dejaron, según los especialistas, entre 100 y 200 milímetros de agua caída sobre la región núcleo, y que esta situación permite confiar en que quedó atrás la seca que trajo “La Niña” y en el optimismo que se generó ante las posibilidades pensando en la próxima cosecha.
Según informaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) las últimas lluvias alcanzan para revertir en gran parte el estado deficitario de humedad en los suelos de cara al inicio del periodo más seco del año. Según el informe de la BCR, esta nueva situación a partir de los suelos por las lluvias puede cambiar el escenario triguero no solamente de la región núcleo, sino de buena parte de la región pampeana.
Agregan que hasta la semana pasada las intenciones de siembra de trigo mostraban una caída de 50% respecto de la del año pasado.
Respecto del cultivo del cereal, la entidad apuntó que lo mínimo requerido para sembrar es del 60% de agua útil en el suelo, y que los técnicos recomendaban que al menos contenga el 50%. Con las lluvias de esta semana podría alcanzarse ese mínimo en tres cuartas partes de la región núcleo, destacó el informe.
El Niño aún no se ha formado y, cuando lo haga, tomará tiempo para que pueda influir en circulación regional promoviendo más lluvias en el país, aclaró el documento. a continuación, la BCR planteó que mayo puede despedirse con lluvias que alcanzarán “a cubrir el 60% al 70% de la región pampeana -Buenos Aires, sur y centro de Santa Fe- e incluso hay posibilidades de que las lluvias alcancen al sur y al centro de Córdoba.
En tanto, en el norte y centro de Buenos Aires, también se podría revertir el escenario de sequía. Al respecto, se apunta que al igual que en la región núcleo se alcanzarán condiciones adecuadas de siembra de trigo, lo que permitiría proyectar una siembra récord, con casi dos millones de hectáreas como intención para el ciclo 2023/24.
Por eso -aclara el informe-, estos recientes eventos climáticos no deben ser justificados con el probable desarrollo de El Niño en un futuro cercano, sino más bien con lo azaroso que caracteriza a una atmósfera no condicionada en el actual estado neutral del fenómeno denominado “ENSO” (El Niño Oscilación del Sur).
La salida de “La Niña”, la transición y la llegada de “El Niño” generan preocupación sobre el impacto que tendría en los cultivos, en particular tras un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que puso en alerta a diferentes regiones por la llegada de excesos hídricos.
Al respecto, la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) señaló que las inundaciones no serían una posibilidad. Apuntó que si bien la Argentina es uno de los países con riesgo aumentado de inundaciones durante eventos de “El Niño”, no se halla dentro de las regiones de especial preocupación por el impacto de este fenómeno sobre la producción de alimentos. Y luego identifica a Ríos como la provincia con las condiciones más húmedas de las normales.