El pase a retiro de Mario Aurelio Poli, arzobispo sucesor de Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, tiene lugar al cumplirse los 75 años del sacerdote. Por ello, en su lugar, el papa Francisco nombró a José García Cuerva, considerado un “cura villero”, como máxima autoridad de la Iglesia católica bonaerense.
García Cuerva es un obispo católico de nacido en Río Gallegos que recientemente alcanzó sus 55 años. Es abogado y teólogo canonista, es decir que se especializa en la rama jurídica que atañe a la Iglesia católica.
Hijo de una docente y odontólogo, inició la carrera de Derecho en la UBA en 1986. En sus inicios en la iglesia misionó en barrios de Tigre en el conurbano bonaerense, motivo por el que ingresó al Seminario en la Diócesis de San Isidro, interrumpiendo la carrera de abogado que finalizaría en 2009.
Luego de su ordenación en 1997 fue vicario en Nuestra Señora de la Cava en la localidad de Beccar, por entonces considerada como una villa de emergencia. En 2006 pasó a ser párroco de Santa Clara de Asís en El Talar, Tigre y en los barrios populares de Almirante Brown y San Pablo.
Polémica en torno a la designación del papa Francisco
La polémica por el nombramiento de García Cuerva giró en torno a una serie de imágenes en las que se ve al cura de las villas posando junto a diferentes figuras del kirchnerismo y haciendo la señal de la victoria.
Por la proximidad del cura a las autoridades oficialistas nacionales, la acción del papa Francisco fue tildada de militante y hasta que la explicó como una anticipación del sumo Pontífice ante el inminente fracaso del Frente de Todos en las elecciones de octubre.
La Iglesia bonaerense, por su parte, celebró la designación del actual obispo de Río Gallegos como nuevo referente de la comunidad católica.