Martín Guzmán y Rafael Correa hablaron sobre la dolarización usando el caso de Ecuador como ejemplo
El expresidente consideró que el modelo de dolarización podría controlar la inflación, pero con consecuencias laterales que se traducen en altos costos de los productos y servicios, baja competitividad regional y dependencia de Estados Unidos.
El exministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, entrevistó en las últimas horas al expresidente ecuatoriano Rafael Correa y conversaron acerca del modelo de dolarización que se implementó en Ecuador a inicios del siglo XXI y las propuestas que pregonan algunos precandidatos en la Argentina para contener la inflación. Los dos coincidieron en que se generan cuatro problemas secundarios una vez que se dolariza la economía y que el éxito del país petrolero fue “a pesar” de la dolarización y no “gracias” a ella.
“A veces el remedio sale más caro que la enfermedad”, sugirió Rafael Correa. “Toda medicina tiene efectos secundarios que pueden ser más serios que el problema primario. Eso es la dolarización”, definió ante la consulta de Guzmán sobre la posibilidad de que se dolarice la economía argentina.
“En Ecuador nos fue bastante bien y crecimos más que el promedio de América Latina, pero el mundo debe tenerlo claro: no fue gracias a la dolarización, sino a pesar de la dolarización”, explicó Correa aunque aseguró que este proceso detiene el aumento descontrolado de precios: “La dolarización controla la inflación y nada más. Pero hay otros problemas, como el desempleo, la industrialización. Te resuelve un problema, pero te genera otros a largo plazo sobre el desarrollo”.
En ese sentido detalló los cuatro principales: “El primero es la necesidad de renunciar a la moneda nacional que es el principal mecanismo de coordinación social y económica. Todos saben que con crédito y emisión monetaria inteligente se puede reactivar la economía”.
El segundo es que esa moneda nacional se utilizaba para equilibrar el sector externo, “el talón de Aquiles” de los países en vías de desarrollo: “Tenés que invertir para desarrollarte, adquirir maquinarias y herramientas que muchas veces no se fabrican y deben importarse”.
Además, resaltó que pese a que sí habría un “control de inflación”, se generarían precios altos en los productos y servicios en comparación al resto de la región. “Cómo compite la industria... Se deprecia el sector turístico”, señaló.
Y por último, Correa sostuvo que se trata de un “suicidio político”, puesto que el país pasa a depender “de la buena fe” del país que emite la moneda. “¿Qué pasa si no coinciden los ciclos económicos? Debería entonces haber una movilidad laboral entre esos países. Porque para tener una moneda común, necesitan coincidencias en ciclos económicos o una perfecta movilidad laboral”.
Tras ello, Correa recordó cómo se implementó la dolarización en ese país y que se basó en la convertibilidad de los años 90′ de la Argentina. “La dolarización ecuatoriana se implementó siguiendo la convertibilidad argentina”, dijo y agregó: “Si vas a tener un tipo de cambio fijo extremo, irreversible, entonces se puede pensar en abandonar la monedas nacional, pero no es tan simple porque perdés el ingreso por señoreaje y por eso no dolarizó la Argentina. Ecuador sí eliminó la moneda”.
“Cuando reventó la convertibilidad y se formó una gran crisis bancaria en Ecuador, el Banco Central, para salvar a los bancos, triplicó la emisión monetaria, pulverizó la moneda nacional y llegó a la conclusión de que el problema no era de los bancos y el poder económico, sino que los ecuatorianos eramos genéticamente inferiores a otras naciones y no podíamos manejar una monedas nacional y nos impusieron el dólar, que era inconstitucional”, sentenció.