Tiene un enfoque polémico sobre las políticas de drogas. Considera que la lucha contra el narcotráfico es una causa perdida. Está convencido de que tenemos una visión errada cuando pensamos más en atacar las sustancias que las razones que están causando una creciente demanda de consultas por consumos problemáticos. Y el alcohol, que es el gran peligro, está infravalorado.
El sociólogo y experto en adicciones, Alberto Calabrese, abrió ayer el “IV Congreso Universitario: Abordaje Interdisciplinario de los Consumos Problemáticos”, que se desarrolla hasta mañana en la Facultad de Psicología de la UNT. En la conferencia inaugural habló junto a Gabriela Torres, titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar).
“Celebro estos encuentros porque nos permiten analizar esa mirada errónea que tenemos, de pensar que la droga es una amenaza que viene de afuera. Hay que salir de ese prejuicio; el problema está adentro y es lo que tenemos que tratar de comprender”, explica el experto, que fue jefe de la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones y actualmente dirige la Carrera de Especialización en Adicciones de la UNT.
En una entrevista con LA GACETA, Calabrese habló, entre otras cosas, sobre las fallas en las políticas de prevención de adicciones y sobre el peso que tiene el adicto en el imaginario social.
- ¿En qué están fallando el Estado y las políticas de drogas ante el avance del consumo de sustancias?
- El problema del aumento del consumo de drogas es mundial. Para empezar, hay que ser realistas: si no hubiera prohibición, no existiría un mercado negro. El de las drogas es un gran negocio que genera mucho dinero y también corrupción, además del trasfondo político que tiene. Por otro lado, no hay una inteligencia suficiente para dar con el circuito de las drogas; no se nota una intención verdadera de terminar con esto.
- ¿Qué características tiene actualmente el consumo de sustancias en nuestro país?
- La gran problemática actual está relacionada a intoxicaciones severas que se atienden en los servicios toxicológicos. Se están consumiendo muchos psicofármacos y psicotrópicos, mezclados con alcohol. Lo más grave es que la gente piensa que eso no es un problema de consumo. Asimismo, se está consumiento mucha cocaína mal cortada. Para estirarla, lo que le venden a la gente es basura más que cocaína. En cuando a la marihuana, su uso se hizo totalmente habitual; está naturalizado aunque aún no hay una ley que permita el consumo. Si bien es cierto que hay casos de consumos problemáticos por usar marihuana, no hay casos mortales. El alcohol es 100 veces más riesgoso que la marihuana en cuanto a accidentes de tránsito y hechos de violencia. Según la OMS, ni siquiera todas las sustancias prohibidas sumadas alcanzan los índices de mortalidad que provocan el alcohol o el tabaco.
- Entonces, ¿se subestima el daño de las drogas legales?
- Si. El alcohol es la droga legal de mayor consumo de nuestro país y en el mundo. El imaginario social y los discursos parecen no considerar al alcohol como una droga.
- ¿Aún se sigue mirando a los adictos como criminales y no como enfermos?
- En el imaginario social, el adicto es relacionado con el delito y el crimen. No se lo ve como un enfermo, y eso es un gran problema. Se ve a la droga como la culpable de todos los males, como una malvada, y con ese pensamiento se justifican muchas cosas. Pero no se analiza qué está llevando a los jóvenes a consumir cada vez más sustancias. Las adicciones no son producto de la casualidad.
- ¿La pobreza, la falta de oportunidades, sigue siendo determinante en el consumo de drogas?
- A veces damos por hecho que es el destino de los jóvenes que viven en villas o en barrios vulnerables, pero no siempre es así. No obstante, la pobreza sí constituye complejos múltiples, factores de riesgo para el consumo problemático de drogas. Hay muchos prejuicios y mitos relacionados a las adicciones: también solemos asociar el consumo con el delito y la violencia.
- ¿Hay instituciones suficientes para atender a los adictos? ¿Funcionan los centros de rehabilitación?
- Aunque abrieron más centros de asistencia, las que más están trabajando son ONG, comunidades terapéuticas, que tienen muchas limitaciones. Sí hay suficiente oferta de tratamientos, el problema es que tienen una carga prejuicial muy importante y eso no ayuda a las personas a recuperarse. Los operadores sanitarios deben tener una apertura para el abordaje terapéutico de las personas con adicciones. Repito: hay que dejar de ver a la droga como un problema y ver qué pasa con toda esta gente que se está destruyendo la vida. Hay que dejar de hablar del flagelo como algo que viene de afuera y aquí adentro no pasa nada. Pasan muchas cosas; los jóvenes están consumiendo muchísimo alcohol y el daño que eso producirá en el futuro será demasiado grande. Este tema es muy preocupante. Argentina tiene elevadísimos índices de uso y abuso de alcohol y de psicofarmacos; consumimos entre tres y cuatro veces más estas sustancias que los norteamericanos.
- ¿Y cuáles cree que podrían ser las causas de este aumento en el consumo?
- Hay mucha angustia, la pandemia generó un gran vacío. Va a pasar un tiempo considerable hasta que se rearme todo. Y seguramente, como consecuencia, seguirá aumentando el consumo de pastillas y de alcohol.
Acto de apertura: “No hay que demonizar a quienes consumen”
“Celebro espacios como este, en el cual todos podamos hablar de los consumos problemáticos. No hay que demonizar a las personas que tienen una adicción y seguir trabajando para que todos tengamos una vida más saludable y con más oportunidades”, señaló Gabriela Torres, titular de la Sedronar, en la apertura del Tercer Congreso Argentino en Problemáticas de Salud Mental, el cual se extenderá hasta mañana bajo el lema “La comunidad como herramienta de inclusión”. El evento es organizado por la Secretaría de Extensión Universitaria en conjunto con el Programa Universitario para el Estudio de las Adicciones (PUNA), que dirige Carolina Schargorodsky. Además del congreso principal, también se realizan las “Primeras Jornadas de Cannabis Medicinal y Sociedad” y el “IV Congreso Universitario: Abordaje Interdisciplinario de los Consumos Problemáticos”.