Juan Carlos Rosario Medina
Lucas córdoba 285
S. M. de Tucumán
Sobre el suministro de agua potable, hay dos métodos que se complementan. Uno de ellos es mediante perforaciones que llegan hasta las napas profundas, y con electrobombas extraer el agua, pero a veces por haber edificado y hecho barrios y countries en la zona de infiltración acuífera, es posible la contaminación de las napas profundas; y por otra parte, si hay cortes de luz, se corta el agua.
El otro método es hacer en ríos y arroyos tomas superficiales con depuradores de contacto filtros y acueductos. Esta forma tiene el inconveniente de que en los meses de seca se llega a un caudal mínimo, y en los meses de lluvias y crecientes el caudal excede la capacidad de los acueductos, y así se desaprovecha un gran caudal de agua. La solución para la regulación de este servicio es embalsar agua mediante represas y diques. Sobre el aprovechamiento de la riqueza hídrica de Tucumán para riego, agua potable y energía hidroeléctrica, fue ya estudiado por la Compañía Argentina Para Proyectos y Realizaciones Industriales (Capri) y presentado en 1953.
Pero en Tucumán no se construyen diques desde hace medio siglo; aun así, a pesar de tanta riqueza perdida, cabe hacer una enumeración de tomas que es preciso y necesario construir.
Una toma en el río Urueña, para la zona castigada que padece el arsenicismo. Una toma en el río Salas que baja de la Sierra de Medina con un caudal mínimo medido en la seca, de 1.200 metros cúbicos por hora para El Sunchal, El Naranjo, El Timbó y las ciudades de Alderetes, La Banda y Lastenia. Una toma en una vertiente que hay en la margen izquierda a 60 metros aguas arriba del dique en San Pedro de Colalao.
Una toma en el río Ñorco para el pueblo de Vipos, porque en el río Vipos el Enohsa construirá una segunda toma y un acueducto financiados por el BlD, y sería bueno saber si en este proyecto también intervinieron profesionales de la sociedad privada con participación del Estado (SAT), pues según se publicó, en el proyecto intervinieron profesionales de La Plata, cosa que sería conveniente aclarar. Generalmente, las empresas del Estado hacen sus propios estudios y proyectos de sus obras, para de esta forma, evitar pagar honorarios extras en proyectos que encarecerán y e incidirán en el costo de la obras.
Una toma aguas arriba del espejo y embalse del dique Gelsi, para así evitar la contaminación fecal y turística de la Villa del Cadillal.
En la Sierra de San Javier, reparación, mejoramiento y recuperación de tomas perdidas para Tafs Viejo, Villa Carmela, San José y Yerba Buena, y una toma nueva en Nueva Esperanza. Y es de lamentar que la riquísima vertiente del Monte de los Naranjos en Yerba Buena esté perdida e irrecuperable, pues arriba de ella se edificó un country; además se perdieron vertientes en la zona de infiltración acuífera, por los countries.
Una doble toma donde se juntan el río Anfama con el río Garabatal; una toma en el río Anfama y otra en el río de Las Juntas, para desde allí bajar con un acueducto a pendiente constante pasar por el costado derecho del proyectado dique Potrero de las Tablas, y seguir rumbo a Yerba Buena y ciudad de Tucumán. En el río de Las Juntas el caudal mínimo medido en la seca fue de 2 metros cúbicas por segundo y en la época de lluvias el caudal supera los 4 metros cúbicos por segundo que suministra la actual toma aguas abajo del dique Gelsi; este agua hasta ahora no sufre la contaminación turística.
Además se pueden hacer tomas y acueductos en Lules, Famaillá, Monteros y en Concepción -que ya está sufriendo falta de líquido- Aguilares, Alberdi y otros lugares y poblaciones.
Si no hay dinero para la ejecución de estas obras, se las puede hacer por administración y por etapas; para esto Tucumán cuenta con cuatro universidades, y desde hace muchos años que la Universidad Nacional enseña y forma ingenieros con orientación hidráulica, y geólogos, agrimensores, y ecólogos, sin tener necesidad de buscar proyectistas foráneos.
Y es de esperarse que ya que estas obras se harán a costa del sacrificio y de la voluntad del pueblo tucumano y argentino, una vez hechas no se privaticen, pues por razones de público conocimiento existe el peligro de que por un contralo leonino o mal hecho, caer en ser socios de la desgracia, y después sufrir tarifazos, inflación, ser clientela esclava y con pérdida de soberanía jurídica y económica, y la posible obligación de dirimir nuestras diferencias ante el tribunal de la Ciadi.
En esto no hay elección; o se hacen los estudios, los proyectos y la ejecución de estas obras, o inexorablemente, la provincia de Tucumán padecerá sed y falta de agua potable.