Elecciones 2023: los armadores sufren por los costos de la suspensión

Elecciones 2023: los armadores sufren por los costos de la suspensión

Estiman que si los comicios se aplazan un mes, sostener la estructura electoral será un 30% más caro. Algunas medidas para “cuidar la nafta”.

EN LA VÍA PÚBLICA. Los candidatos del oficialismo y de la oposición deberán sostener la campaña hasta que se defina una nueva fecha de votación. LA GACETA / FOTO DE Analía Jaramillo EN LA VÍA PÚBLICA. Los candidatos del oficialismo y de la oposición deberán sostener la campaña hasta que se defina una nueva fecha de votación. LA GACETA / FOTO DE Analía Jaramillo

El fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) que derivó en la suspensión de los comicios en Tucumán no sólo tuvo impacto político e institucional. En un escenario de alta inflación y de crisis económica, la puesta en pausa del cronograma electoral -aún por tiempo indefinido- representa todo un problema para las finanzas de armadores oficialistas y opositores.

Según estimaciones, si la votación se aplaza hasta el 11 de junio, como pretenden en la Casa de Gobierno, los costos totales por afrontar la contienda sufrirán un incremento de entre el 25% y el 30% respecto a los valores previstos originalmente. Y en la medida en que este proceso judicial se dilate, el porcentaje de “recargo” irá en aumento.

Una inversión millonaria

Conformar una estructura de peso para competir por un cargo ejecutivo o legislativo requiere de una inversión millonaria.

Con más de 18.000 candidatos inscriptos ante la Junta Electoral Provincial (JEP) y sin una normativa de orden local que obligue a los frentes y partidos a declarar el origen del financiamiento de sus campañas, los montos globales que se ponen en juego en cada votación son incalculables.

Por citar algunos casos, un dirigente que integra una lista legislativa decidió, días antes de la cautelar dictada por la Corte nacional, vender los 180.000 dólares que tenía ahorrados para destinarlos a la logística de la jornada electoral (fiscales, movilizadores y otras piezas clave).

La operatoria no resultó sencilla, explicó este candidato, dado que la alta demanda de pesos había dejado momentáneamente sin efectivo la plaza. Para colmo, una vez que se confirmó la suspensión de la votación, tuvo que salir corriendo a recuperar los dólares que había cambiado, a fin de conservar medianamente el valor de su capital. Si bien perdió dinero, confesó, el saldo podría haber sido peor, sobre todo si la elección se aplaza aún más.

Hubo un sinfín de situaciones similares, con postulantes que incluso dicen haber puesto en el mercado la vivienda familiar con tal de obtener recursos para afrontar los gastos electorales.

El horizonte asoma menos complicado para los “mimados” de las estructuras más poderosas, que ostentan su despliegue territorial a lo largo de todo el año mediante contratos y subsidios asignados a través del Estado provincial o municipal.

Pero incluso estos referentes deben hacer cuentas.

Un peronista de la Capital admitió que, para sostener su armado sin dejar de ser competitivo, necesitará al menos $10 millones semanales hasta la fecha de los comicios.

Un aliado a JxC, por su parte, calculó que destina cerca de $10 millones mensuales a su estructura. Y aclaró que, en caso de que se necesite reimprimir boletas, deberá contar con unos $12 millones para salir a las calles con 2 millones de votos nuevos.

Las papeletas electorales serán parte de la discusión en los próximos días, sobre todo, si se define una fecha para los comicios.

Es que las boletas que ya fueron aprobadas por la Junta Electoral Provincial contienen la leyenda “14 de mayo de 2023”.

Una propuesta para evitar que se disparen los costos de la suspensión apunta a que se habiliten estos votos, al igual que aquellos con la fecha definitiva actualizada. En distintos espacios políticos argumentan que a estuvieron en las últimas semanas repartiendo su oferta electoral casa por casa, por lo que correrían el riesgo de que algún ciudadano distraído coloque un voto anterior y, en el recuento, sea declarado nulo.

Otra alternativa expresada por candidatos de diferentes listas es que el Estado se haga cargo de costear las nuevas tandas de boletas de la totalidad de los partidos inscriptos. Pero este aspecto -a diferencia de lo que sucede en el orden federal- no está previsto en la normativa provincial. Además, en el oficialismo no estarían de acuerdo con tal medida.

La inesperada extensión de la campaña además sumará otras erogaciones. Un opositor que tiene dirigentes en todos los departamentos de la provincia no ocultó su preocupación porque el viernes pasado “cayeron” los contratos de toda la cartelería que había contratado para estos comicios. Ahora, deberá renegociar términos para conservar esos lugares, con la certeza de que, tras varios meses de difusión, no hay margen para dejar de exhibir su propuesta ante el electorado de un día para el otro. Así, por lo pronto, la primera salida que se le presenta es tratar de continuar en una parte de las gigantografías que ya tenía, y resignar el resto hasta nuevo aviso.

De esta manera, los armadores buscan “cuidar la nafta” para el momento de la elección. Uno de ellos, por caso, contó que mandó a congelar la comida de tropa sus fiscales partidarios. Ante la falta de certezas sobre el día de la votación, todo ahorro suma.

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