No fue el mejor día para Juan Manzur. La Corte Suprema de Justicia de la Nación le asestó un duro golpe a su candidatura a vicegobernador. Le marcó la cancha y hasta esa cautelar puede sacarlo del césped electoral. “No hay que ceder. Tenemos que resistir este fallo”, entró el gobernador al salón del tercer piso de la Legislatura donde se realizó la cumbre del oficialismo, tras la decisión del máximo tribunal de suspender las elecciones, poniendo en dudas la postulación del ex jefe de Gabinete de la Nación.
La apuesta de Manzur había sido muy fuerte. Reclamaba la sanción de una ley, mediante la cual se habilitaba a continuar con las elecciones previstas para el domingo que viene. Para eso, el titular del Poder Ejecutivo necesitaba que el vicegobernador Osvaldo Jaldo convocara a una sesión extraordinaria que, en principio, se iba a realizar hoy mismo.
El presidente de la Cámara no estaba muy convencido de esa idea. Por eso, poco después salió públicamente a decir que el Gobierno acata la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, pero que no la comparte. La Junta Electoral de Tucumán se encargó de poner claridad en un manto de dudas que se había sembrado en todas las coaliciones participantes de la suspendida elección del domingo 14: no se votará para ningún cargo.
La Casa de Gobierno estaba preparada para recibir al gobernador y al vice en una anunciada cumbre para definir qué hacer ante la decisión judicial. En la planta baja del edificio de 25 de Mayo y San Martín esperaba el fiscal de Estado, Federico Nazur. Cambió el lugar del encuentro. Se explicó que Manzur habló con Jaldo y que de esa charla surgió la modificación. El vicegobernador se había instalado en el tercer piso del moderno edificio de calle Muñecas al 900. El gobernador ingresó cerca de las 17,15. No lo acompañó ninguno de sus colaboradores. Más tarde arribó el fiscal de Estado y la apoderada del Frente de Todos, Ana Escobedo. Casi al mismo tiempo lo hizo el presidente del Concejo Deliberante capitalino, Fernando Juri. El resto de los presentes eran legisladores jaldistas y el intendente de Banda del Río Salí, Darío Monteros.
En el gigante de cemento sólo estaban encendidas las luces del tercer piso; el resto en penumbras y así permaneció durante las casi tres horas que demandó el debate interno del Frente de Todos. Gran parte de los referentes oficialistas trataban de convencer al gobernador de que lo mejor era no continuar con la vía judicial, porque se corría el riesgo de judicializar los comicios. Indirectamente, le sugirieron a Manzur que la mejor manera de salir de esta situación era la renuncia a la postulación a vicegobernador. El sanitarista no hizo mueca alguna. Su rostro era de piedra. Los mensajes apuntaba a que, como jefe de campaña y líder del PJ tucumano, Manzur debía dar un paso al costado, un hecho que lo catapultaría como conductor natural partidario. El gobernador seguía serio. En algunos pasajes de la cumbre, salió del despacho del vicegobernador para atender llamadas. Se conjeturó que una de ellas fue del presidente Alberto Fernández; también que hasta la propia Cristina Fernández de Kirchner (o alguno de sus colaboradores) le transmitió su solidaridad contra los “embates” de la Corte.
La única seguridad que había es que la llamada que sí se escuchó fue la que mantuvo con su par de San Juan, Sergio Uñac, afectado también por las decisiones del máximo tribunal del país. “Estamos junto a los gobernadores Sergio Uñac y Juan Manzur frente a este nuevo atropello y vamos a acompañar a las provincias en sus reclamos democráticos”, informó Presidencia de la Nación. El comunicado oficial era un bálsamo para el tucumano frente a tanta presión interna. Sin embargo, no se modificó el eje de la discusión: Manzur debe tomar una decisión para que el oficialismo llegue a las urnas con fórmula renovada en las dos primeras semanas de junio. Si renuncia a la postulación, se acaba el punto de conflicto. Si no lo hace, lo condenará a pagar los costos políticos de su postura, argumentaron algunos legisladores al salir de la cumbre. Además, varios de ellos están convencidos de que el titular del Poder Ejecutivo sabía que esta decisión de la Corte se avecinaba. “Hasta puso en juego su propio futuro político, porque si se mantiene firme, no tendrá tiempo para llegar a una eventual pelea por candidaturas a nivel nacional”, sintetizó un jaldista.
Al cerrar la reunión, Jaldo llamó a los dirigentes a redoblar el esfuerzo, más allá del agotamiento que produjo en ellos una campaña intensa. “La suspensión de los comicios no nos afecta; por el contrario, nos une. Mayoritariamente, la sociedad estaba definida para votar el domingo 14; ahora habrá que amoldarse a los nuevos tiempos”, indicó el vicegobernador.
La danza de nombres de posibles compañeros de fórmula es bastante amplia. En principio, no costaría tanto instalar un nuevo nombre, en la medida que Manzur tenga el protagonismo que se merece en una decisión que se adopte si es que se baja, manifestó a LA GACETA un dirigente cercano al gobernador. Manzur no habló públicamente. Abandonó la sede de la Legislatura en silencio y no en su camioneta oficial. La guardia de seguridad realizó un operativo de disuasión para que el gobernador no se enfrentara a los medios presentes en el lugar. Así se cerró una jornada difícil para el oficialista Frente de Todos por Tucumán.