Alexander Ezequiel Pérez, vecino de Ernesto Padilla al 1.200, al sur de la capital, fue asesinado a tiros por su hermano el lunes, aproximadamente a las 22.30. Estaba en la vereda de su casa cuando su hermano llegó, sacó un arma de fuego y le disparó, causándole la muerte. Luego se dio a la fuga y hasta el momento continúa prófugo.
Alexander tenía 36 años, tres hijos de 17,14 y siete años y vivía junto a sus hermanos y hermanas,. El sospechoso vivía en otra parte, si bien visitaba seguro la casa familiar. Pasado el mediodía la vivienda de la familia Pérez fue colmada por vecinos y allegados que se acercaron para dar el último adiós y ofrecer sus condolencias.
“Fue algo inexplicable e inesperado; tenemos un dolor enorme por todo esto que estamos atravesando”, dijo un allegado del joven.
Traslado en auto
Una de las vecinas que asistió a Alexander y lo trasladó hacia el Hospital Padilla dijo que esa noche todo estaba tranquilo hasta que de repente se oyeron un par de disparos seguidos de gritos. “Por lo que pudimos escuchar en ese momento parece que fue sin querer, que el hermano no quiso dispararle. Cuando nosotros salimos lo vimos tirado en el piso; a los minutos ya estaban Infantería, la Brigada y más policías; como la ambulancia tardaba en llegar lo cargamos en el auto y lo llevamos al Padilla, pero lamentablemente llegó sin vida”, explicó.
Además, la mujer dijo que durante el trayecto al hospital pudo ver que la víctima tenía dos heridas de bala ubicadas en la altura del pecho.
LA GACETA se presentó ayer en el barrio pero la familia no se sentía en condiciones de dar declaraciones al respecto. “Somos todos familia, fue un inconveniente familiar y no le vamos a dar explicaciones a nadie; no quiero exponer a mi hermano en la luz frente a nadie”, sostuvo uno de los hermanos de Alexander luego del velorio.
Inconveniente previo
Una mujer que vive a pocos metros del domicilio de los Pérez, cuya identidad prefirió mantener en reserva por temor a represalias, le dijo a LA GACETA que otros miembros del grupo quisieron atacar a su hijo hace unas semanas. “Hace nueve años que vivo en esta cuadra pero no me daba mucho con ellos. Mi hijo tiene una discapacidad y solía sentarse en la vereda del lado de la avenida Independencia para poder usar el wifi. Un día familiares de este chico fueron hasta donde él estaba sentado, inventaron que había hecho algo malo cuando no fue así y lo amenazaron con un revólver. Mi hijo se tuvo que venir corriendo hasta mi casa; ellos intentaron meterse y yo los tuve que sacar”, explicó.
La causa recayó en la Unidad Fiscal de Homicidios II a cargo del fiscal Ignacio López Bustos quien informó que se encuentran trabajando para esclarecer lo sucedido. “Ayer llegamos al lugar junto con el equipo científico del MPF y con psicólogos para brindar acompañamiento a los familiares de la víctima que se encontraban allí; se recolectaron evidencias balísticas en el lugar y se profundizó la investigación con declaraciones testimoniales, con las cuales pudimos identificar al autor del hecho”, dijo López Bustos en un video que se difundió. Además dijo que continúan investigando para poder darle una respuesta a la familia afectada. (Producción periodística: Micaela Pinna Otero)