Luego de la fuerte volatilidad cambiaria, el Gobierno logró una calma en las cotizaciones de los dólares bursátiles. Ayer, el MEP y el CCL cerraron en baja, mientras que el blue tuvo un leve rebote. Los analistas celebraron los factores detrás del respiro conseguido, aunque advirtieron que hay probabilidades que vuelvan las presiones en los próximos meses.
¿Cuáles fueron las medidas que frenaron la escalada de las cotizaciones paralelas del dólar? Por un lado, el Banco Central (BCRA) comenzó a intervenir con reservas en el mercado de bonos para contener las presiones, algo que prohibía el acuerdo con el FMI pero que el Gobierno decidió realizar de todas formas. Además, el BCRA subió la tasa de interés dos veces en el último mes. Por otro lado, la Comisión Nacional de Valores dispuso medidas para evitar la operación apalancada con cauciones que había elevado la demanda de divisas en la Bolsa y fijó límites a las carteras de las ALyCs sobre la cantidad de títulos vendidos respecto a los comprados.
Tras esto, el dólar CCL retrocedió 6,6% en la última semana y ayer volvió a bajar, cotizando a $438,88. La misma tendencia siguió el dólar MEP, que había escalado 13,8% en abril y cayó 4,3% en las últimas seis ruedas: su cotización se estabilizó en torno a los $430. Por su parte, el dólar blue, que había alcanzado un máximo nominal de $495 (+21%), en la última semana retrocedió 5,4%. Ayer, rebotó apenas 0,2% a $470.
Según publica hoy Ámbito, el director en EPyCA Consultora, Martín Kalos, destacó que “por un lado, la estabilidad responde a que la crisis se moderó con la intervención del Gobierno en los mercados cambiarios paralelos y, por otro lado, a que los dólares paralelos también recuperaron suficiente terreno para hoy estar adelantados respecto al resto de los precios de la economía”.
En tanto, el economista Federico Glustein señaló: “Las diversas restricciones impuestas por el BCRA han dado sus frutos, dado que la operatividad y la posibilidad de arbitraje se han reducido e, indefectiblemente, hay menor oferta y menor demanda en los mercados financieros. Sumado a eso, las ventas de bonos que se llevan en promedio más de u$s50 millones diarios tienen su efecto positivo en los operadores que ven que la estrategia para evitar el disparo del tipo de cambio va a llegar hasta las últimas consecuencias y la paridad de los bonos está por el suelo, por ende, no es muy conveniente seguir allí, al menos, en el corto plazo. También juega ahí el Senebi y sus operaciones libres con un valor mayor. Después, la posibilidad de un nuevo acuerdo con el FMI también calma las aguas porque garantiza anticipo de desembolsos y, además, da la sensación de que se alineó con el gobierno hasta las últimas y ese respaldo trae cierta calma”.
No obstante, los analistas advierten que la aceleración inflacionaria y la falta de dólares como consecuencia de la sequía serán las principales amenazas de la incipiente estabilización en las cotizaciones paralelas. Kalos consideró que “la aceleración nominal de la inflación, la aceleración en el ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial y la suba de tasas de interés obliga a pensar en un escenario de mayor devaluación de los dólares paralelos en los próximos meses, además de mayor frecuencia y profundidad en los episodios de volatilidad, ya que puede que haya oscilaciones más marcadas y frecuentes hasta que se concreten medidas económicas que puedan dar estabilidad en el mediano plazo”.
Glustein advirtió que va a depender de varios factores: “El inflacionario es uno de ellos, dado que, con un piso de 7% mensual es difícil que no siga camino la dolarización y es probable que el gabinete económico se quede sin bonos para quemar en el mercado. Después tendrá su correlato la falta de reservas y cómo se percibe la falta de divisas. La idea es llegar a fin de año y cambiar el mando, no hay dinámica de mediano/largo plazo y el poder de fuego será cada vez más débil. A partir de allí, claramente se jugará una carrera contra las expectativas y probablemente acelere su cotización”.