Superclásico: todo de River, en un final de película

Superclásico: todo de River, en un final de película

Parecía que el 0-0 era inamovible, por más que el “millonario” había sido más ambicioso, hasta que el penal anotado por Borja desató la locura

DELIRIO MONUMENTAL. Así celebró River. “Un minuto de silencio para Boca que está muerto”, cantaron los jugadores.  DELIRIO MONUMENTAL. Así celebró River. “Un minuto de silencio para Boca que está muerto”, cantaron los jugadores.

El fútbol es una licuadora infernal. Lo que hoy es, mañana ya no, y pasado mañana quizá vuelva a ser. El superclásico lo demostró una vez más: al final festejó el que venía golpeadísimo, no el de la semana anterior perfecta. Una vez más, también, la pelota llama a la moderación y las conclusiones no definitivas.

Hubiera sido un River-Boca olvidable, como muchos otros. Sin embargo, quedará en la memoria por esa bajada de telón frenética que comprendió un penal de Agustín Sández bastante discutible, el remate certero de Miguel Borja, la irresponsabilidad de Agustín Palavecino, una gresca de proporciones y unas tarjetas rojas (las que Darío Herrera había escondido antes) al por mayor.

Ganó el líder cómodo de la Liga. Y no debería sorprender en definitiva, porque los 16 puntos que separaban en la tabla (ahora 19) al equipo de Martín Demichelis con el de su colega Jorge Almirón son consecuencia de un mejor funcionamiento.

Más allá de las falencias que Fluminense desnudó en River y de la mejoría exhibida por Boca en cuanto a su compromiso y actitud en los últimos partidos, está claro que el “millonario” tiene más fútbol. Por eso su voracidad, en un Monumental que deliró, terminó pagando dividendos.

Rebobinando, tanto Demichelis como Almirón cometieron sus pecados en el primer superclásico que los encontró dirigiendo a los grandes. “Micho” porque al mantener poblado su medio campo con jugadores de buen pie, perdió peso en el área rival con un único delantero (Lucas Beltrán se fajó con todos, pero casi no se generó chances, y la que tuvo la cabeceó afuera). Además, River no desbordaba, terminaba tirando centros desde tres cuartos sin destinatarios conocidos.

Y Almirón porque, usualmente, segundas partes no son buenas. Y empezar en el Monumental de Núñez como había terminado en el Monumental de Santiago de Chile, con tres zagueros y Luis Advíncula y Valentín Barco como laterales-volantes, no fue “ni chicha ni limonada”.

O sea: ni potenció la seguridad defensiva ni le dio explosión de ataque a la visita. Es más, Advíncula volvió a ser el de (casi) siempre en Boca (no el de la profundidad de los últimos partidos) y al Barco más joven en cancha pareció pesarle el partido (el remate al palo de Pablo Solari lo dejó expuesto).

¿Y después?

En el complemento, ambos entrenadores expiaron, de alguna manera, aquellos pecados. Almirón, se supone, debe haber convencido a los suyos de al menos intentar patear al arco (cosa que no hicieron durante la primera etapa). Y así fue como Boca se mostró un poquitito más peligroso, como que al menos mostró algunas de sus garras (el desequilibrio en velocidad de Sebastián Villa, por caso).

Y Demichelis tomó algunos riesgos, a diferencia de Río de Janeiro, más medidos. Es verdad que perdió enlace de medio a ataque con las salidas de Ignacio Fernández y de Esequiel Barco. Pero supo proteger a algunos amonestados con su sustitución y se animó a meter en cancha a más delanteros, quienes terminaron definiendo el partido.

Solari y Borja, a la postre fueron los actores protagónicos de una victoria balsámica para la profunda herida riverplatense de mitad de semana. Es que en la Liga River va a velocidad crucero, pero en la Libertadores no tendrá permitido fallar si quiere llegar a buen puerto.

En contraposición, un Boca aparentemente encaminado a nivel continental (al menos para acceder a octavos de final) deberá preocuparse por engrosar su puntaje en el torneo vernáculo (en la tabla anual se puede jugar su cupo a la próxima Libertadores). Y también por inyectar volumen de juego a sus venas futbolísticas, quizá con algunos refuerzos en el próximo receso. En el Monumental pareció escuchar los cantos de sirena del empate desde muy temprano. Y le terminó costando caro.

1 x 1 (Boca)

Sergio Romero (7)

Tapadas claves. Fue la figura (foto).

Luis Advíncula (5)

Mucha voluntad, pocas “luces”.

Nicolás Figal (6)

Firme, ordenó a sus compañeros de zaga.

Facundo Roncaglia (3)

Casi todas sus intervenciones terminaron en tiro libre para River. Lento y torpe.

Nicolás Valentini (6)

Redondeó una buena actuación. Reaccionó tras el 0-1 y vio la roja.

Valentín Barco (5)

Muy retenido, no pudo aportar en ataque.

Cristian Medina (6)

Corrió mucho intentando cortar el circuito ofensivo de River.

Alan Varela (5)

Bien en la marca. Aportó sacrificio y terminó exhausto. Fue reemplazado.

Guillermo Fernández (4)

No aportó ni en la marca ni en el juego. Debió ser reemplazado.

Sebastián Villa (6)

La única carta de Boca. En algunos pasajes del ST complicó con su velocidad.

Luis Vázquez (5)

Aislado arriba, casi no le llegó la pelota.

Miguel Merentiel (6)

Con ganas, generó algo más que Vázquez.

Ezequiel Fernández (-)

No pudo manejar la pelota. Fue expulsado.

Agustín Sandez (-)

En su primera acción en el partido cometió un penal muy evitable.

Esteban Rolón (-)

Casi no tuvo contacto con la pelota.

1 x 1 (River)

Franco Armani (6)

Un espectador más. Boca no lo inquietó.

Milton Casco (6)

Liberado, pasó al ataque con criterio.

González Pirez (5)

Cometió una falta infantil y nada más.

Emanuel Mammana (6)

Correcto las pocas veces que intervino.

Enzo Díaz (5)

Pasó bien al ataque, no finalizó bien.

Rodrigo Aliendro (5)

Una amonestación en el inicio del partido limitó su juego. No aportó demasiado.

Enzo Pérez (6)

Bien en los relevos y en la distribución. “Raspó” un par de veces.

Nicolás de la Cruz (6)

No estuvo fino en el mano a mano. Con un remate furioso exigió a Romero.

Ignacio Fernández (5)

Tuvo dos chances claras para marcar el 1-0, pero en ambas demoró demasiado.

Esequiel Barco (5)

Inexpresivo e irresoluto. Fue reemplazado.

Lucas Beltrán (5)

Salió mucho del área y perdió más de la cuenta.

Pablo Solari (5)

Tuvo una chance clara, lo frustró el palo.

Miguel Borja (-)

Con clase, ejecutó el penal (foto).

Agustín Palavecino (-)

Generó una gresca innecesaria.

Robert Rojas (-)

No tuvo participación en el partido.

Matías Suárez (-)

Jugó poco para ser evaluado.

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