Luego de que Tucumán y el país se enteraran de que en una escuela de Lules un docente le habría hecho una llave de estrangulamiento a un alumno, todo se dividió. Inmediatamente surgieron dos versiones diferentes: la de los estudiantes (viralizada en un audio primero y luego confirmada en detalle por sus compañeros a LA GACETA) y la de la institución, que asegura que el docente jamás tomó al estudiante con sus manos. Con el descargo del profesor Luis Néstor Véliz, la polémica se abrió en redes. Y la duda sobre lo acontecido es lo que más le duele a la familia.
Eso lo confirmó en diálogo con este medio Daira Gómez, hermana de E.J.G, el estudiante de 17 que se habría desmayado luego de que su profesor lo estrangulara.
“¿Te imaginás lo que fue para mí, como hermana, escucharlo contar eso? Estábamos tomando mate y me relató, de la nada, que había estado tirado en el piso, que no se podía levantar y que el otro profesor (además de Véliz, en el aula donde sucedió el hecho había otro docente, de apellido Adad) no lo había ayudado. El se ha sentido abandonado”, explicó.
Ayer, afuera del centro educativo se reunieron padres, estudiantes y exalumnos para solidarse con E.
“A mí nunca me ha gustado su manera de ser; yo trataba siempre de mantener distancia. Era confianzudo e irrespetuoso; recuerdo que una compañera nuestra le tenía miedo”, agregó Carla, egresada de la Escuela Técnica. Lo de ser “confianzudo” coincide con el relato de algunos amigos del estudiante, que dijeron que toda la situación (ocurrida el miércoles 26) empezó por un “juego de manos”, iniciado por el profesor.
Polémica
Lo cierto el debate se profundizó bastante más con el descargo del profesor en Facebook. “En ningún momento hice o quise hacer daño a nadie; sólo intervine ante una situación entre dos alumnos que creí estaban peleando, separándolos... eso fue todo -indicó en un comunicado-; jamás haría daño a un alumno. Soy un profesor recto que da y pide respeto; que enseña a sus alumnos a que cumplan con su estudio y con las reglas de la institución”. Luego de ese posteo, comenzaron a llover respuestas: “fuerzas Profe, usted es una excelente persona. Todo saldrá bien”, “sabemos que lo ocurrido está sacado fuera de contexto”, “los alumnos pueden llegar a ser muy molestos y violentos” y “hay que ver qué hizo el chico”, son sólo algunos de los comentarios que aparecieron en las redes sociales. E incluso hay algunos más polémicos: “Apoyo totalmente al profesor. Si el estudiante es problemático hay que ponerlo en su lugar”, dijo un forista de LA GACETA.
“No queremos que se los cuestione más a los chicos por hablar. Estamos sacando la bandera de que ellos tienen que hablar, que hay que escucharlos, y los hacen sentir culpables. Después nos quejamos de que no hablan, o de que por qué tardaron tanto en hablar... No defienden al alumno agredido, sino al profesor -reflexionó Daira-; mi hermano está con mucha impotencia porque la gente lo salió a difamar. Me pongo en su lugar, desde afuera, y entiendo... con razón hay gente que no quiere hablar después de vivir algo así”.
Y esto es algo que los compañeros del adolescente también recalcaron: “hay gente que lo defiende al profesor, que le echan la culpa a E. y dicen hasta que se droga. Él es una persona muy sana; lo único que hace es jugar a la pelota y estudiar”.
Cómo sigue todo
Por el momento, hay que esperar a que la Justicia realice las averiguaciones pertinentes. Existen dos investigaciones de forma paralela: una legal, iniciada a partir de una denuncia que hizo la familia de E. (el caso ya fue derivado a la Unidad Fiscal de Delitos Complejos) y causa otra institucional: luego de que la escuela informó al Ministerio de Educación, el docente fue apartado del cargo y fue reubicado en tareas lejos de las aulas. En tanto, se inició una pesquisa para conocer qué es lo que ha sucedido. Según indicaron a LA GACETA fuentes del Ministerio, antes de un veredicto hay que esperar a que la Justicia se expida, pero es probable que el docente no vuelva a enseñar.