05 Mayo 2023
Desde que se presentó “Blanca, la niña que quería volar- 10 actos para conjurar el olvido”, el libro de Benjamín Vicuña, se conocieron detalles sobre el duro momento que atravesaron el actor chileno y Carolina “Pampita” Ardohain, cuando falleció su primera hija de seis años en 2012.
Por el momento, el libro solo se consigue en Chile, ya que en Argentina se presentará el sábado 13 de mayo en la Feria del Libro de Buenos Aires. Sin embargo, ya trascendieron varias partes del libro que el actor escribió.
"Comparto unos textos íntimos y entrañables que escribió Carolina pocos meses después de la partida de nuestra niña y que generosamente me cedió", adelanta Benjamín en su libro.
Pampita Ardohain: "Es como si mi alma estuviese estancada en un pozo ciego"
En las últimas horas, trascendió parte del décimo capítulo en el que, según explica Vicuña, comparte algunas cosas que escribió su esposa, quien acepto que fueran publicadas.
“No hay día en el que no me sienta desesperada. Las lágrimas no se acaban y los gemidos de dolor tampoco. Es como si el tiempo se hubiera detenido y mi cuerpo se moviera, pero mi alma estuviese estancada en el fondo de un pozo ciego", comienza escribiendo.
"Mi Blanca hermosa, me vuelve a la mente tu dibujo volando con alas y los corazones que iluminan. ¿Qué quisiste decir? ¿Acaso sabías que te irías? ¡Cómo no lo supe! Te hubiese besado y retenido entre mis brazos sin soltarte, desafiando hasta a Dios si hubiese sido necesario", es otro duro pasaje.
Y añade: “No sé cómo haré mañana para salir de la cama, ni sé cómo lo logré esta semana, cómo converso con la gente y cómo cuido a Beltrán".
"Las fotos de ella me matan pero también me encantan. Las que tengo en el teléfono las miro todo el tiempo... Estaba tan grande y hermosa. El último tiempo no paraba de admirar esa belleza en la que se estaba convirtiendo. ¡Se lo dije tanto en el viaje a México! Y también en la clínica los primeros días", reveló.
En otro pasaje, contó sobre lo difícil que fue las primeras veces que visitó a su hija en el cementerio. “Leí su nombre escrito una y otra vez: Blanca Vicuña Ardohain. Tardé un rato en reaccionar y empezar a llorar, pero cuando empecé fue como explotar por dentro", develó.
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