La proximidad de un superclásico ejerce una indiscutible influencia en los partidos previos, que dejan de tener entidad propia para pasar a ser la “antesala de”, con todo lo que eso implica para la confianza. En este caso, para Boca el partido de esta noche con Colo Colo será el último antes de la visita del domingo a River, que dadas las circunstancias se presenta como una oportunidad de compensar -aunque sea en parte- la diferencia entre el presente de uno y otro. Sin embargo, el “xeneize” tiene bien en claro que enfocarse en River antes de tiempo sería un error: Colo Colo podrá no estar al nivel que lo llevó a ser campeón chileno el año pasado, pero sigue siendo un equipo batallador. Y aunque hayan pasado más de 30 años, cada vez que se cruza con Boca emerge el recuerdo de la batalla campal que se desató en las semifinales de la Libertadores del 91.
Boca llega revitalizado por la victoria del domingo sobre Racing, prueba exitosa del experimento de Jorge Almirón de adelantar a Luis Advíncula para capitalizar su vocación ofensiva y sumarle a una dupla de ataque que volverá a ser la misma: Sebastián Villa y Luis Vázquez. De hecho, el “xeneize” saldría con los mismos titulares que presentó frente a la “academia”, con Marcelo Weigandt ocupando el lugar del peruano en el lateral derecho. El que no pudo viajar es Luca Langoni, quien en la última práctica se resintió de la lesión muscular que arrastraba y podría perderse el superclásico.
Por la Sudamericana, San Lorenzo visitará a Palestino (Chile) desde las 19 y Tigre a Puerto Cabello (Venezuela) a las 21.