Hartazgo y crisis: ¿Cómo llegará el votante a las urnas en Tucumán?

Hartazgo y crisis: ¿Cómo llegará el votante a las urnas en Tucumán?

El escenario económico y el descontento social pueden jugar un papel preponderante el próximo 14 de mayo. ¿Quién capitalizará este contexto?

La pobreza golpeó en el primer trimestre del año. La pobreza golpeó en el primer trimestre del año. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI
01 Mayo 2023

El 14 de mayo, los tucumanos y las tucumanas asistirán a las urnas para ejercer su derecho cívico y reforzar su compromiso con el sistema democrático. Este proceso electoral, donde se definirá a los responsables de conducir los destinos de la provincia y los municipios, y a los representantes legislativos, se desarrollará en medio de un contexto económico marcado por la volatilidad cambiaria y un proceso inflacionario que registró un incremento de precios del 22,2%, durante el primer trimestre del año en la provincia. A esto debe sumársele que hasta fines de 2022, la pobreza golpeó a 398.304 personas, que residen en 92.269 hogares del aglomerado urbano del Gran Tucumán-Tafí Viejo. Esta cantidad de ciudadanos representan el 43,5% de una población urbana estimada en 914.605 casos.

Inmersos en este escenario, el pueblo tucumano irá a sufragar y seguramente el resultado de las urnas significará un contundente mensaje para quienes seguirán gobernando hasta finales de año, pero sobre todo para quienes resulten electos.

“Exceso de Estado”

Para la economista y magister en Políticas Públicas, María José Boscarino, el gasto público, es una pieza clave a la hora de analizar el contexto de la próxima votación, al igual de lo que se registra con otros índices que permiten tener un amplio panorama de la realidad local.

Ante esto, la profesional hizo un diagnóstico de la realidad provincial y determinó un “exceso de Estado” que va en detrimento del sector privado. A este sector se lo apremia o asfixia por lo que cierra o se vuelca hacia la informalidad”. “En Tucumán en diez años vemos una notable caída del número empresas, un crecimiento del empleo público muy por encima del privado, y un preocupante sostenimiento de la informalidad laboral que se ubica en un 45%”, dijo Boscarino. Y remarcó que a estas problemáticas también debe sumársele que el Estado no logra ofrecer respuesta a los problemas públicos básicos. Como temas priorizados en la agenda pública mencionó el “drama educativo” donde se registra la graduación de estudiantes “con severos problemas de comprensión lectora y capacidades para resolver operaciones aritméticas básicas”, “lo que condiciona las posibilidades presentes y futuras de los jóvenes y de la provincia en su conjunto”, por otro, la inseguridad que alarma y donde Tucumán se ubica cuarta a nivel país en cantidad de homicidios cada 100 mil habitantes y, “sin dudas, la carencia de infraestructura básica, que va desde agua potable y cloacas, hasta rutas, autopistas, caminos, conectividad en general”.

A partir de este panorama, la economista expresó que los electores deben convertirse en sujetos activos del proceso y exigir la aplicación de políticas que ofrezcan previsibilidad e incentivos al emprendedor y al empresario privado, promoviendo la inversión, la generación de empleo genuino y el crecimiento de una provincia postergada que tiene un enorme potencial , pero que también les permitan sentirse protegidos en materia de seguridad, que promueva la inversión educativa efectiva para tener mejores resultados durante el aprendizaje y que cumpla con el fin último para el que se le otorga el poder de gobernar, que es el bienestar ciudadano. “Algo que en décadas de Gobierno de un mismo signo político no se han logrado”.

Independientemente de los desafíos que presente el escenario económico y social, Boscarino también hizo hincapié en el sistema electoral que se implementa en la provincia y aseguró que este esquema “favorece a los oficialismos”. “Es un sistema costoso, donde a través de acoples se distorsiona la transparencia que necesita la democracia. Es un sistema tramposo, que promueve la confusión y complica el ejercicio electoral”, añadió.

Despegarse a tiempo

Sobre la influencia que el contexto puede llegar a tener en las urnas, Boscarino recordó que la decisión de desdoblar el calendario electoral no resultó inocente. Se hizo para intentar despegar la elección provincial del fracaso que se espera a nivel nacional y de la que el actual Gobernador de la provincia fue parte como Jefe de Gabinete de Ministros. “El oficialismo, que tiene afinidad política con el Gobierno nacional, no ha dicho absolutamente nada de lo que pasa. Se desentienden como parte de su estrategia” dijo. Y remarcó: “Espero que haya una lectura completa de la situación y de las responsabilidades políticas de la situación a la que hemos llegado. Y para eso hay que explicar y permitirle al votante tener su propia lectura y permitirle que vote en libertad”, enfatizó.

¿Qué pasa con la democracia?

Según un estudio de la consultora Latinobarometro, en todos los países latinoamericanos hay una insatisfacción con el sistema democrático aunque se entienda que es la mejor manera de organizar la vida en sociedad. “La crítica de los ciudadanos a la democracia es una demanda de democracia. Ningún pueblo de la región está contento con la manera cómo funciona la democracia en su país. A más de 30 años de las transiciones, las democracias se han consolidado en grados crecientes de imperfección con Estados anquilosados. La pandemia ha desnudado el poder dejándolo sin máscara para esconderse. Los ciudadanos han salido de Macondo para incorporarse al mundo globalizado que el virus puso en las pantallas de sus smartphones. Una combinación explosiva para la gobernabilidad, demandas de desarrollo globalizadas, oferta política macondiana. Las ideologías se corrompieron con el poder dejando a la izquierda y la derecha desarmadas con baja legitimidad”, asegura el informe elaborado en 2021. Y sostiene también que el desencanto con la política está “originado por la crisis de representación y la incapacidad de desmantelar la desigualdad y la discriminación, que comenzó lentamente a forjarse al inicio de las transiciones a la democracia, en la medida que no se solucionaban los problemas”.

A partir de este escenario y citando al autor británico David Runciman, el Magíster en Políticas Públicas Julio Picabea manifestó que hasta el momento la democracia, tal cual la conocemos, sirvió para alcanzar justicia política “porque le permitió al sistema político lograr la representación de las mayorías y las minorías”, pero no resolvió aún la justicia económica. “No hay mejoras en términos de distribución del bienestar y ese tema es central en América Latina que es la región más desigual del planeta y obviamente eso se está observando en Argentina y se traduce en demandas electorales”, dijo el director del Observatorio de la Pobreza de Fundación León. En relación a esto, el profesional explicó que dentro de la sociedad argentina uno encuentra tres grupos sociales que se mueven a diferentes velocidades. “Por un lado, vos tenés al sector de la clase media alta que tiene la educación financiera necesaria y los recursos como para protegerse de la volatilidad económica, es decir para protegerse de la inflación, después tenés un sector medio bajo que es el sector de los trabajadores formales, gente que trabaja en blanco y que no está pudiendo ascender socialmente cuando una de las características principales de la clase media en Argentina siempre fue la movilidad social ascendente. Y después está el sector bajo compuesto por personas que trabajan en la informalidad y que padecen múltiples carencias materiales”, puntualizó Picabea. Y remarcó que este contexto constituye un caldo de cultivo más que efectivo para la aparición de figuras políticas que acentúan su discurso en la necesidad de solucionar estas problemáticas con mensajes netamente populistas.

Teniendo en cuenta los niveles de insatisfacción del electorado y las características propias que presenta Tucumán, Picabea indicó que habrá que esperar hasta el 14 de mayo para ver qué sector es capaz de “canalizar ese descontento” que busca cambios ante tanto hartazgo.

“En Occidente estamos viviendo la época de las pasiones tristes, o sea una sociedad que está atravesadas por sentimientos de descontento de insatisfacción y de indignación con el sistema político porque sienten que el Estado los ha abandonado y que no les está devolviendo lo que ellos están aportando con impuestos”, concluyó.

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