21 Diciembre 2004
NEGO SER AMANTE DE EMA. El oficial Pérez dijo que tenía una relación “simplemente laboral” con la principal sospechosa.
La ex novia del asesinado juez de menores Héctor Agustín Aráoz fue trasladada ayer al Juzgado de Instrucción III, donde ella y el oficial Alejandro Darío Pérez fueron notificados de que el juez Francisco Pisa había ordenado la prisión preventiva para ambos. "Soy inocente... no sé quién lo mató", dijo a LA GACETA, mientras era trasladada al juzgado.
Gómez se presentó vestida con una ajustada musculosa de lycra y de jean. Estaba suavemente maquillada y tenía grandes aros de fantasía. Se la vio tranquila y dispuesta a responder algunas preguntas, no como en ocasiones anteriores en las que se limitaba a mantener cerrada la boca.
Negativas
La mujer, de 24 años, negó que le haya enviado un mensaje de texto a Pérez el 26 de noviembre a las 18.30, una hora después del crimen, en el que le habría dicho: "me mandé una cagada, tengo miedo de ir presa". Esta frase es una de las principales pruebas contra la ex agente de policía. Cuando a Pérez se le preguntó por esa versión que dio Gómez, él respondió: "está registrado; figura en su teléfono".
Los dos están sospechados de ser los principales autores del homicidio agravado por alevosía y ensañamiento del juez de Menores Héctor Agustín Aráoz.
Cuando LA GACETA le preguntó a Ema Gómez por qué sistemáticamente se negó a dialogar con la prensa, respondió con una pregunta: "¿qué querés saber?", le dijo al cronista. Cuando se le preguntó sobre lo ocurrido en la tarde del 26 de noviembre, volvió el misterio: "sé demasiado... tengo miedo", dijo escuetamente.
Pérez, quien también habló mientras iba al juzgado, aseguró que nunca hizo disparos, como tratando de encontrarle alguna explicación al resultado del dermotest a través del cual se determinó que tenía restos de pólvora en las manos. Aráoz fue asesinado con una pistola calibre 9 mm en su casa de avenida Aconquija 2.950. El magistrado recibió diez disparos.
Pérez afirmó que aquel día estuvo trabajando en su automóvil (es un remise Renault Clío que presenta un orificio de bala), y señaló que su relación con Gómez es "simplemente laboral", desmintiendo así las versiones que lo sindican como uno de sus amantes. Además, dijo que desconoce por qué está involucrado en la causa.
A las corridas
Los dos mostraron interés en defenderse públicamente, pero los policías que los custodiaban trataron de impedir por la fuerza que dialogaran con la prensa.
A los dos acusados les dio positivo el dermotest, que demostraría que ambos dispararon. En base a la calificación de la causa, si fueran encontrados culpables en el juicio serían condenados a reclusión o prisión perpetua.
El fiscal Guillermo Herrera y el secretario Daniel Clemente esperan aún importantes pericias que marcarán el rumbo de la investigación en el futuro. Tienen especial interés en la comparación de los pelos encontrados en la mano de Aráoz y en el informe final de los cruces de llamadas telefónicas realizadas antes y después del crimen por los protagonistas de esta historia de pasiones y odios.
El fiscal estudia las medidas a tomar con las personas a las que llamó Gómez ese día, entre las que figuran el juez de Menores de Concepción, Pedro Arnedo; el legislador Sergio Miranda y el jefe del grupo CERO, Carlos Suárez Vila (él declaró como testigo y dijo que lo llamó por problemas laborales).
Igualmente, del informe de las llamadas telefónicas podrían surgir nuevos nombres, ya que, según trascendió, no habría sido únicamente con ellos tres con quienes habló la acusada. El resultado de esa pericia podría conocerse en los próximos días.
Gómez se presentó vestida con una ajustada musculosa de lycra y de jean. Estaba suavemente maquillada y tenía grandes aros de fantasía. Se la vio tranquila y dispuesta a responder algunas preguntas, no como en ocasiones anteriores en las que se limitaba a mantener cerrada la boca.
Negativas
La mujer, de 24 años, negó que le haya enviado un mensaje de texto a Pérez el 26 de noviembre a las 18.30, una hora después del crimen, en el que le habría dicho: "me mandé una cagada, tengo miedo de ir presa". Esta frase es una de las principales pruebas contra la ex agente de policía. Cuando a Pérez se le preguntó por esa versión que dio Gómez, él respondió: "está registrado; figura en su teléfono".
Los dos están sospechados de ser los principales autores del homicidio agravado por alevosía y ensañamiento del juez de Menores Héctor Agustín Aráoz.
Cuando LA GACETA le preguntó a Ema Gómez por qué sistemáticamente se negó a dialogar con la prensa, respondió con una pregunta: "¿qué querés saber?", le dijo al cronista. Cuando se le preguntó sobre lo ocurrido en la tarde del 26 de noviembre, volvió el misterio: "sé demasiado... tengo miedo", dijo escuetamente.
Pérez, quien también habló mientras iba al juzgado, aseguró que nunca hizo disparos, como tratando de encontrarle alguna explicación al resultado del dermotest a través del cual se determinó que tenía restos de pólvora en las manos. Aráoz fue asesinado con una pistola calibre 9 mm en su casa de avenida Aconquija 2.950. El magistrado recibió diez disparos.
Pérez afirmó que aquel día estuvo trabajando en su automóvil (es un remise Renault Clío que presenta un orificio de bala), y señaló que su relación con Gómez es "simplemente laboral", desmintiendo así las versiones que lo sindican como uno de sus amantes. Además, dijo que desconoce por qué está involucrado en la causa.
A las corridas
Los dos mostraron interés en defenderse públicamente, pero los policías que los custodiaban trataron de impedir por la fuerza que dialogaran con la prensa.
A los dos acusados les dio positivo el dermotest, que demostraría que ambos dispararon. En base a la calificación de la causa, si fueran encontrados culpables en el juicio serían condenados a reclusión o prisión perpetua.
El fiscal Guillermo Herrera y el secretario Daniel Clemente esperan aún importantes pericias que marcarán el rumbo de la investigación en el futuro. Tienen especial interés en la comparación de los pelos encontrados en la mano de Aráoz y en el informe final de los cruces de llamadas telefónicas realizadas antes y después del crimen por los protagonistas de esta historia de pasiones y odios.
El fiscal estudia las medidas a tomar con las personas a las que llamó Gómez ese día, entre las que figuran el juez de Menores de Concepción, Pedro Arnedo; el legislador Sergio Miranda y el jefe del grupo CERO, Carlos Suárez Vila (él declaró como testigo y dijo que lo llamó por problemas laborales).
Igualmente, del informe de las llamadas telefónicas podrían surgir nuevos nombres, ya que, según trascendió, no habría sido únicamente con ellos tres con quienes habló la acusada. El resultado de esa pericia podría conocerse en los próximos días.
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