“En la Copa Argentina puede pasar cualquier cosa”, reza el lema del canal propietario de los derechos televisivos del certamen. Y San Martín, tras el inicio de su camino en la actual temporada, puede dar fe de ello. Porque en ese torneo que tradicionalmente le fue esquivo esta vez encontró un mimo, una caricia, una alegría, una bocanada de aire fresco para mirar el futuro con otra perspectiva.
Sin entrenador confirmado, con numerosas bajas, en medio de una crisis futbolística que lo tiene navegando en mitad de tabla en la Primera Nacional y tras una derrota inexplicable y dolorosa como la del pasado sábado en Jáuregui ante Flandria, el “santo” fue a Santa Fe a buscar una sonrisa. Y la encontró gracias a la buena lectura de Alexis Ferrero, que apeló a un mix que, salvo algunos pasajes del primer tiempo, dejó buenas sensaciones.
“Nosotros vamos a poner en cancha a los que mejor estén futbolística, física y anímicamente”, había declarado el manager a poco de asumir el interinato. Y en eso estuvo la clave del juego contra Deportivo Morón en cancha de Unión.
San Martín intentó ser protagonista desde el primer minuto y eso quedó claro cuando antes de los 30 segundos Emanuel Dening casi marca el primer gol. Pero el primer tiempo se fue sin pena ni gloria, con poco fútbol, mucha lucha y un par de atajadas de Francisco Tinaglini, que demostró que puede ser una alternativa importante.
En el complemento se vio lo mejor del “santo”. Luego de encontrar la ventaja gracias a un cabezazo goleador de Nahuel Banegas a la salida de una jugada de pelota parada, el equipo mostró aplomo e inteligencia para manejar lo que quedaba por delante. A eso lo ayudó la expulsión de Brian Orosco, quien se fue de “boca” tras el 1-0.
Lo mejor del equipo fue que estuvo sólido en defensa y que fue rápido para atacar. En eso había insistido Ferrero desde que tomó la posta de Iván Delfino y ayer quedó claro.
El entrenador interino había pedido varias veces concretar esa receta durante el primer tiempo y en el segundo sus pupilos le dieron con el gusto.
Tras un robo en mitad de cancha, Dening habilitó rápido a Brian Andrada. Este tocó al medio y Mauro Verón, que había ingresado hacía un puñado de minutos, empujó la pelota a la red. Gol, 2-0 y boleto a la próxima ronda.
Fue todo de San Martín a partir de ahí. Pudo haber goleado, pero le faltó un poco más de lucidez en los últimos metros.
El festejo de los jugadores junto al millar de hinchas que viajaron a Santa Fe es otro mensaje. Porque el grupo pareció sacarse de encima una mochila de mil kilos con la clasificación para jugar contra Racing por los 16avos. de final.
Hubo puntos altos y los cambios entraron bien. Matías Pardo intentó ser punzante por la derecha y generó algunas situaciones, Claudio Pombo trató de transformarse en el nexo entre el medio campo y el ataque, y Axel Bordón se mostró sólido para cerrar el fondo y para moverse como una buena alternativa en ataque.
San Martín logró un triunfo que puede resultar como un bálsamo de cara al futuro. Logró una clasificación que en la mayoría de las ediciones del torneo le había resultado esquiva y sumó una alegría que ahora debe trasladar a la Primera Nacional.
En el horizonte de la Copa aparece Racing, pero en La Ciudadela no deben perder el rumbo. Lo más importante es el torneo y ahora deben ratificar lo bueno hecho ayer ante Alvarado el lunes; para que el nuevo proceso comience con más aire.