¡Qué bueno que exista Bluey!

El creador del dibujo animado que es furor en la primera infancia, “Bluey” (Disney+) nunca se había imaginado trabajando para la TV infantil. Su trabajo siempre había sido en animación para adultos. Pero, Joe Brumm, siempre tuvo en mente la idea de crear una serie como “Los Simpson”, que pudiera ver toda la familia, aunque no le encontraba la vuelta de tuerca. “Quería un dibujo que pueda ver un adulto junto a un niño de 4 años, no a uno de 8 o más”, sintetizó en varias entrevistas. La idea estaba ahí, en sus pensamientos.

Brumm nació en Queensland, un estado australiano de la costa noroeste de esta isla continente. Creció siendo hijo del medio, entre un hermano mayor y un hermano menor, con quienes jugaba junto a sus perros de raza blue heeler (pastores ganaderos australianos). Uno de ellos se llamaba Bluey. Luego de trabajar 10 años en Reino Unido como animador él y su esposa, Suzy, quien también trabaja en televisión, tuvieron dos hijas y volvieron a vivir a Australia. Fue ahí cuando las piezas del rompecabezas comenzaron a encajar para el creador.

La llegada de las pequeñas fueron las que hicieron la magia: Brumm se inspiró en su rol como padre para crear a esa familia de perros. En “Bluey” se reflexiona principalmente sobre la paternidad en el siglo XXI, en donde existe una figura de autoridad, pero también el papá es un compañero de juego, comprometido con la crianza, el cuidado de las pequeñas y las tareas domésticas.

En un reportaje titulado “Cómo Bluey se convirtió en el mejor programa infantil de nuestro tiempo” el animador explicó que notaba que la mayor parte de la animación infantil siempre se repetía a sí misma y decidió hacer algo diferente: “Siempre era la misma historia una y otra vez. Alguien rompe la cosa favorita de papá. Todos dicen: '¡Oh, Dios mío, qué vamos a hacer!' Y pasan toda la tarde haciendo una versión tonta de eso. Y acaba con un 'Todo lo que necesitaba al final era que pidieras perdón''. Pero mis hijos rompen mis cosas todo el tiempo y no intentan hacer una nueva versión de ellas. ¡No les importa una mierda!”, declaró a la revista The Vulture.

“Bluey” cuenta la historia de Bandit y Chilli papá y mamá de Bluey (6 años) y Bingo (4 años). En cada capítulo de 10 minutos, se cuentan diversas situaciones que se viven en la rutina normal de una familia con niños. La figura del padre, Bandit, es la primera en romper con los estereotipos establecidos. Si bien es un padre trabajador no es el único proveedor de la familia y su responsabilidad para con la casa y sus dos hijas es predominante. El tiempo de calidad que les ofrece a las pequeñas lo es todo: prepara el desayuno y hace más entretenido el viaje a la escuela inventando juegos en el auto. Las historias que se relatan se resuelven en el mismo capítulo. Los temas que decidió abordar la serie van desde el luto por un ser querido, la infertilidad, el miedo y la importancia de imponerse ante los demás. “El papá de Bluey avergüenza a todos los papás. Es mi ídolo como papá”, dijo el músico Tom Fletcher hace poquito en Twitter. También hablan sobre la paternidad. Bandit y Chilli demuestran que frente a las diversas situaciones que pasan con sus hijas, pueden salir adelante como familia. Una de las diferencias más notables de esta serie infantil es que, al final de cada capítulo, son los padres quienes aprenden algo nuevo, no solamente las pequeñas Bluey y Bingo.

Hace poco una joven de 25 años de Utah, Laurel Hiatt, capturó la atención de The Washington Post porque comenzó a subir una cantidad de clips de la serie infantil a Tik-Tok. Al ser consultada comentó que le gratificaba la serie porque “es muy amable”: “Es bueno involucrarse con algo que tiene una resolución en cinco minutos, donde el conflicto es si vas a comprar un helado o no y el mensaje es que debes preocuparte por otras personas”, mencionó Hiatt quien está realizando un posgrado en genética humana.

El episodio piloto de un minuto fue lo primero que creó Brumm con el objetivo de vender la idea de la serie. Ahí, Bluey se divertía en un columpio impulsada por su padre Bandit, que al mismo tiempo estaba tan metido en una partida de un juego de móviles a lo Fruit Ninja que la empujaba tan fuerte como para dar la vuelta completa. Brumm presentó el cortometraje en varias convenciones pero no tuvo suerte porque el humor no era ni muy infantil ni totalmente para adultos. “Es algo extraño”, le repetían sobre su producto. Logró convencer a Ludo Studio, con quienes preparó un episodio completo de siete minutos (El fin de semana, temporada 1, episodio 6). Cuenta la leyenda que, cuando se presentó en la Cumbre Asiática de Animación, fue ovacionado y, luego de su estreno en Australia en 2018, llegó a Disney Junior en octubre de 2019. El canal obtuvo 16 millones de espectadores en el último trimestre del año gracias a la serie y, unos meses después, Bluey ganó un Emmy.

El talento de su creador, sumado a la producción de Rich Jeffery y Joff Bush como compositor, hizo que el trabajo en Bluey se perfeccione y crezca. Los colores pasteles, los detalles precisos y la estética “redondeada” de cada imagen vuelven a estos dibujos únicos.

“Bluey” se volvió tan popular que hasta una periodista, Chelsea Candelario, escribió un artículo denominado: “Soy una mujer de 28 años sin hijos y 'Bluey' es uno de mis programas favoritos”. Es que la serie es divertida para los pequeños y reflexiva y aspiracional para los adultos. El furor es real, válido y mundial.

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