Hablar de campeones y campeonatos en Tucumán es hablar de una larga historia con más de un siglo. Es hablar de Atlético, San Martín, San Pablo o Central Norte como los que tienen más trofeos de la Federación. Si nos remontamos a los inicios del siglo XX nuestra ciudad contaba con tres estadios que también eran utilizados por colegios para realizar sus actividades físicas. Más tarde cada club fue construyendo su propia cancha y en esta línea nos metemos en 1922 cuando el decano tucumano inaugura su estadio Monumental. Corría mayo y en aquella oportunidad Racing Club de Avellaneda fue el invitado para tal magno evento. Pero como una jugada del destino el primer grito de campeón de un equipo tucumano allí ocurrió, poco después el 30 de julio cuando San Martín se alzó con el torneo de Competencia. De tal manera que la primera vuelta olímpica en el José Fierro la dio el santo. Cabe destacar que los de la Ciudadela se llevaron también el campeonato de honor. Mientras que San Pablo derrotó al decano en la final de noviembre de aquel mismo año y se coronó campeón anual.
Santos y paulistanos
Es buen momento para recordar aquel encuentro entre santos y paulistanos. De acuerdo a nuestro cronista “hemos de dejar constancia de un caso curioso; muchos han sido los aficionados que no han concurrido a presenciar el match, en la confianza de que resultaría monótono por la presunta superioridad del team paulista, que ya nos había acostumbrado a brillantes perfomances”. La cosa era que el equipo azucarero marca al fútbol tucumano y por ello muchos pensaron que los albirrojos iban a ser meros acompañantes. Pero nada de eso, los de la Ciudadela dejaron en claro que eran protagonistas. Tranquilo amigo lector ya le diremos como salió el partido, eso sí fue triunfo santo como es obvio al obtener el trofeo. Siguiendo con la crónica: “el match ha sido sin disputa el mejor de la temporada. Frente a un cuadro que entró maniobrando resueltamente y confiadísimo del triunfo, estaba un equipo tan homogéneo y fuerte como aquel, pero que el eterno silogismo del football lo hizo pasar como una escuadra débil”.
Más cuadro
El cronista destacaba que “San Martín se ha impuesto por su cabales y porque ha sido 'más cuadro'” y agregaba que “pareciera que factores extraños se encargaron de desvirtuar ciertos asertos. Allí está por ejemplo el caso del domingo. El cuadro que marcha a la cabeza del campeonato federacionista ha sido evidentemente inferior al que ocupa el penúltimo puesto”. Ante el triunfo santo se consideraba que el torneo central se vería optimizado y se resaltaba que “ahora lo papeles se han cambiado y hasta encontramos tonificante este triunfo de los santos, porque el contribuirá a hacer más interesante el campeonato federacionista y los otros concursos a realizarse bajo el patrocinio de esta entidad”.
“El partido fue favorable en casi todo su desarrollo a los santos. Hubo etapas que pertenecieron a los visitantes, pero apenas si llegó a notarse ello por el poco peligro que ofrecían las incursiones llevadas por sus componentes”, de esta manera nuestro colega comentaba el partido. El primer tanto del encuentro lo marcó Maidana (SM) a los 15 minutos de juego. A los 33 San Pablo empató por intermedio de Ferreyra. Llegamos así al final de la primera etapa. Apenas a 3 minutos de iniciado el segundo tiempo Cárdenas (SM) anota el segundo. A los 20 Rosales anota el tercero y a los 30, Luna, de penal, pone cifras definitivas. De tal manera que San Martín derrotó 4 a 1 a San Pablo, se alzó con la copa de Competencia y dio la vuelta olímpica en el Monumental decano.
Las escuadras formaron así:
San Martín: Racedo; Luna y Ocampo; Medina, Leavy y Carrizo; Jara, Maidana, Cárdenas, Rosales y Dubois.
San Pablo: Lemos; Guzmán y Alberti; López, Ferreyra y Jarjal; Iturre, Rueda, Herrera, J. y C. Bollea.
Torneo Anual
El torneo de 1922 fue imborrable para San Pablo que se alzó con el certamen federacionista invicto y dejaba su estela junto a los grandes de Tucumán. La fiesta se debe de haber extendido por varias horas. La copa era llevada por primera vez fuera del ámbito de la capital tucumana. Para nuestro diario el partido clave se desarrolló en San Pablo el 5 de noviembre de 1922 cuando se enfrentaron Atlético y los locales, que se encontraban a la cabeza del torneo y además allí estaba el campeón de 1921. Desde nuestras páginas se invitaba a los simpatizantes del fútbol a tomar el tren para llegar hasta la ciudad sureña ante la importancia del encuentro. La crónica relataba: “desde la iniciación de este match pudo notarse que ambos bandos maniobraban con toda corrección llevando ataques continuos hacia las vallas defendidas por Sica y Lemos”. La disputa fue tan reñida que la apertura del marcador fue a los 17 minutos del primer tiempo para los “Decanos”, resultado que quedó inalterado hasta los 15' del segundo, que igualan los locales. A los 40’ se ponen adelante los ingenieros y empatan a los 41' los albicelestes. Dos minutos más tarde se adelantan los del ingenio y se alzan con el triunfo. El equipo estaba conformado por Lemos, Alberti y Guzmán; López, Ferreira y Jarjal; Ruiz, Rueda, Iturre, Herrera y Molina.
El stadium
“Casi en el centro de la futura cancha de Atlético Tucumán, eleva al cielo a manera inmensa crisantema, su ramaje verdinegro una gentil y solitaria palmera” con estas palabras comenzaba la nota publicada a fines de enero de 1921 bajo el título “Arcaica” y hacía referencia a la famosa arecácea que generó cierta polémica para el inicio de las obras donde poco más de un año después se inauguró la obra del arquitecto José Graña y que es el reconocido “Monumental” José Fierro ubicado en 25 de Mayo y Chile.
Ni el amor, ni el deseo, ni los otros argumentos permitieron salvar a la palmera que debido a su posición impedía los trabajos para que el estadio albiceleste se convierta en realidad. También quedó la duda de quién habrá sido la mencionada Sinforosa, que mereció tal reconocimiento y amor por parte de un galán que no pudo saberse como dejó la prueba de su cariño en la parte superior de la palmera o si lo habría hecho cuando era un pequeño retoño dispuesto a crecer hasta las alturas increíbles.
Todo siguió su curso y el 21 de mayo de 1922 Atlético inauguró su soberbio stadium. El acto inaugural tuvo varias actividades deportivas entre pruebas atléticas, saltos, carreras, lanzamientos de bala y jabalina entre otras disputadas por atletas nacionales y provinciales; que cerraron esa etapa de la ceremonia inaugural con un gran desfile. Dejando para el final lo más esperado, el partido del primer equipo decano con el conjunto invitado que lucía los mismos colores –celeste y blanco- que el dueño de casa, era Racing Club. El encuentro comenzó minutos antes de las 16 con jugadas de peligros en ambas vallas tuvo un desarrollo monótono. El resultado fue un empate en un gol.