Es indescifrable e impredecible. Cada aparición suya abre un abanico de posibilidades y de situaciones (mayormente absurdas) que lo ubicaron desde hace décadas como un referente central del humor argentino, sin posibilidad alguna de clasificarlo en alguno de sus subgéneros. Es Diego Capusotto, único e irrepetible.
Anoche, al cierre de esta edición, y hoy, a las 20 en segunda función con entradas agotadas, el cómico se apropia del escenario del teatro Alberdi (Crisóstomo Álvarez y Jujuy) para ofrecer un espectáculo a su medida, y por ende igual de imposible de catalogar. No es teatro, monólogo, entrevista periodística, recital de poesía, recuerdos biográficos, misterios resueltos, intrigas nuevas y, al mismo tiempo, es todo eso.
“El maravilloso mundo de Diego Capusotto” abarca un compendio de repasos de su vida y de sus secretos con la aparición de sus personajes más populares y pedidos por el público (entre infaltables y alternativos, figuran Violencia Rivas, Pomelo, Bombita Rodríguez, Luis Almirante Brown y Miky Vainilla, mediante proyecciones), pero sin ser una obra completa o una sucesión de sketches.
Mucho tiene que ver Dany Berbedés, con quien comparte una charla abierta en la que juntos van desnudando al artista a golpe de anécdotas, historias y risas. También se abre un espacio para que desde la platea el público intervenga con sus propias preguntas y dudas.
Berbedés oficia de entrevistador, pero en realidad es un coconstructor de lo que Capusotto quiere contar, siempre atravesado por tintes de delirio, como lo evidenciaba ya desde sus inicios. Pero cada función tiene reservada además la instancia de la conversación profunda, para dejar en claro que no todo es tomado a broma en su vida.
Y una de las facetas que se evidencian del actor es su aspecto de escritor, con un relato que aborda cómo es su técnica para componer poesía. Parte de su producción está reunida en su libro “Lo que teme la noche”, elaborado con material hecho en plena pandemia.
El año pasado se cumplieron tres décadas de su debut en la televisión: fue en 1992 con “De la cabeza”, donde compartió pantalla con Favio Posca, Alfredo Casero y, su más fiel y efectivo partener, Fabio Alberti.
Con estos dos últimos luego construyeron “Chachachá” y “Todo por dos pesos” al final de siglo y cuando la convertibilidad ya estaba en la cuerda floja, en tiempos en que lucirse en televisión con un producto diferente y creativo era un desafío especial.
Emancipado de sus compañeros de cartel y ya con vuelo propio autónomo, en 2006 comenzó a emitirse “Peter Capusotto y sus videos” (primero en la Rock & Pop TV y luego en la TV Pública), con el aporte en los guiones de Pedro Saborido, que lo termina de consagrar como una referencia en el mundo del humor nacional con fuerte impronta porteña y aportes del rock vernáculo.
El dueto creativo también incursionó en el cine con “Peter Capusotto y sus tres dimensiones”, que dirigió Saborido; “Pájaros Volando”; “Kryptonita”; “27: El club de los malditos” y “No llores por mí, Inglaterra”.