La muerte de Tapalín: adiós a la risa y el llanto del payaso más popular

La muerte de Tapalín: adiós a la risa y el llanto del payaso más popular

A los 88 años falleció ayer, a causa de una trombosis, El Payaso Tapalín. Se hizo conocido en la TV tucumana de los años 80 y 90

PERSONAJE Y MÁSCARA. El Payaso Tapalín, caracterizado como siempre, bien maquillado, enfundado en su traje vistoso y con su largo bonete. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO E INÉS QUINTEROS ORIO

A Marcel Marceau le había pedido prestados el rostro blanco y los ojos bien delineados y con punto negro debajo. Pero, además, el largo bonete cónico, el cuello oculto en el gran volado renacentista de tules, las pailletes, los brillos y el traje de dos piezas bien colorido con los bolsillos siempre salidos hacia afuera... y la eterna pregunta-aseveración “¡Qué tal yooo?” eran las marcas registradas de El Payaso Tapalín.

El día de ayer se puso más gris porque el ícono de los chicos tucumanos de los 80 y 90 falleció a los 88 años en un sanatorio privado, a causa de complicaciones de salud que derivaron en una trombosis.

Nacido en el circo

Se llamaba César Gregorio Quiroga. Había nacido, como sus 11 hermanos mayores, en El Matrero, un circo criollo con el que recorrían Santa Fe mientras el padre representaba “Juan Moreira” y otras obras del género gauchesco. “No me hice payaso, nací payaso”, explicaba sobre sus orígenes. Cuando el circo quebró probó suerte en Buenos Aires como el cantante de boleros Carlos Geomar; audicionó para Phillips y grabó un CD. Viajó a México y allá dicen que cantó junto a Sandro y a Nino Bravo. Luego la discográfica lo castigó porque se había quedado un año en México, y acabó la carrera del cantante de boleros. Entonces se vino a Tucumán a vender praliné. Tenía unos 26 años y una novia en Santa Fe que no quiso acompañarlo. “Después de ella nunca más quise a ninguna mujer en mi vida”, declaró una vez.

En la TV tucumana, que lo encumbró, en Canal 8 y luego en Canal 10, estuvo en pantalla entres 1982 y 2002. Primero fue en el programa “Tapalín por los barrios”, cuando llevaba juegos y números musicales para los chicos a las plazas de los barrios humildes.

En los 90, con “El show de Tapalín” visitaba escuelas y colegios de toda la provincia, grababa en vivo y luego en su programa del fin de semana los chicos se veían en pantalla. En las últimas tres décadas hizo radio: “¡Hola chicos, chiquititos y chiquititotes con cara de cascotes! Yo soy el Payaso Tapalín ¿Qué tal yo? ¿Cómo están ustedes?”, saludaba al micrófono de FM Dinámica. También incursionó en la política: fue candidato a concejal durante la campaña de Julio Miranda. Su historia llegó a la pantalla grande cuando los cineastas tucumanos Belina Zavadisca, Mariana Rotundo y Federico Delpero Bejar estrenaron en 2014 el documental “Tapalín, la película”.

Entonces le dijo a LA GACETA: “¿Sabés qué pienso? Que debería hacerse una película de cada artista tucumano, eso pienso. Esta vez me tocó a mí porque, bueno, yo tengo la suerte marcada. ¿Y sabés qué descubrí? Que no soy tan mal actor. Ya muchos me decían que era un buen actor, pero no me lo creía porque me parecía imposible ser un buen actor, un buen cantante, un buen animador; creerse tanto es ser vanidoso. Pero ahora veo que sí, que en efecto lo soy”.

Ni Krusty ni Pennywise; se ha ido un artista popular tucumano, se ha ido El Payaso Tapalín.

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