Un “Exilio interno” que sirve para confrontar los mandatos sociales

Un “Exilio interno” que sirve para confrontar los mandatos sociales

La salteña Luciana Choque presenta su creación de danza contemporánea folklórica. Banda con canciones de mujeres

FUSIÓN. La mixtura entre la danza contemporánea y el folklore es el eje artístico que sostiene a “Exilio interno”. FUSIÓN. La mixtura entre la danza contemporánea y el folklore es el eje artístico que sostiene a “Exilio interno”.

La vida de mujeres expuestas, vulnerables, sometidas como un bien de uso con cartel de propiedad privada se expresa artísticamente mediante el encuentro entre la danza contemporánea y el folklore en la obra “Exilio interno”, que llega esta noche desde Salta a las 21 a Puerto Cultural Libertad (Las Piedras 1.850).

“Estamos buscando nuestra identidad, y portamos la intención de sembrar esa búsqueda de identidades propias en la danza. Cuando derrumbamos el monstruo del miedo al ridículo por ser diferente, se abren las puertas de lo que de verdad somos; estamos investigando cómo usar ese poder de percibirnos y querer construir desde ahí movimientos genuinos e identitarios”, afirma Luciana Romina Choque en diálogo con LA GACETA, quien comparte escena junto a Lara Abigail Brito y Estrella Daiana Cuci. Esta noche también intervendrá el grupo tucumano Malamba.

Choque es la autora de la obra; madre de Joaquín de cuatro años, estudia la Licenciatura en Folklore en la Universidad Nacional de las Artes. “Después de maternar el primer año pude darme cuenta que había naturalizado distintos tipos de violencia que no quería transmitir a mi hijo, como modelo a reproducir en su futuro, porque la realidad es que aprendemos por imitación. Soy nieta, hija, hermana, amiga, prima y compañera de mujeres que han aguantado el peso de sostener el ideal de familia a costa de su salud, de sus sueños y aunque trágico, hasta de sus vidas”, alerta y agrega: “escribí la obra en la necesidad de cuestionar esos mandatos que nos oprimen hasta matarnos, para agradecer que estaba viva e invitar a animarnos a soltar esas cadenas y a descubrir qué hay después de dar el paso”.

- ¿Cómo es la visión que tienen del folklore en términos de danza contemporánea?

- Lo pensamos como un vehículo que atraviesa el tiempo; por eso asumimos el compromiso de imprimir a través de la danza un mensaje que nos represente como protagonistas de este momento histórico. Somos bailarinas folklóricas y nuestra misión es transmitir el espíritu de la región, con la intención de poner en escena temas que nos interpelan como mujeres y como parte de la sociedad. Utilizamos la danza contemporánea como una herramienta para estudiar el movimiento y las posibilidades reales de nuestros cuerpos, buscando nuestro propio lenguaje y el exilio de las formas estereotipadas para dejar salir nuestra identidad sin repetir esquemas coreográficos que persigan la imitación de estilos o de modas. Es nuestra búsqueda hacia una danza libre de estereotipos y condicionamientos para que el público entienda que la escena es posible abordarla desde infinitos lugares.

- ¿Cuál es el “Exilio interno” que atravesamos?

- Implica una separación, la búsqueda de asilo, de refugio. Proponemos la separación de los condicionamientos sociales que tenemos instalados casi predeterminadamente como seres humanos, que nos van llevando a transitar la vida bajo esquemas a los que no adherimos voluntariamente por elección, sino por un prototipo de vida que se sostiene mediante un acuerdo social implícito, señalado como el correcto. Exiliarnos del pensamiento condicionante nos permite atravesar el tiempo con una mirada reflexiva, atenta al intercambio de apreciaciones sobre la realidad para construir formas de existir menos nocivas que nos dirijan al bienestar y no a la repetición automática de formas de comportamiento.

- En la presentación hablan de mandatos sociales, ¿cómo nos atraviesan y qué hacemos para afrontarlos o evitarlos?

- Los mandatos sociales atraviesan nuestro día a día, todo el tiempo aunque decidamos no reproducirlos porque al no continuarlos empezamos a plantear el espacio a la elección. Nacer, crecer, estudiar, recibirse, “ser alguien”, “ser talentoso”, “ser exitoso”, poseer... Casarse, tener hijos, morirse... Entre infinitos condicionamientos más que afectan la salud física, emocional y psicológica; nos increpan tácitamente y debiera ser un derecho tener el tiempo (en una sociedad en la que no hay tiempo) para pensar si realmente estamos escogiendo por voluntad y deseo, o por la influencia de pertenecer a un esquema de vida instalado como el correcto. Afrontarlos o evitarlos es una elección para la que necesitamos tiempo, intercambio de saberes, comunicación de calidad... y para nosotras ese medio de comunicación es la danza. A quienes nos dirijimos, es al total de la sociedad.

- ¿Hay forma de superar esos mandatos sin que nos afecten?

- Nacemos y ya están funcionando. Es más probable que los superemos en algún momento a que no nos afecten. Nacer en un lugar en una clase social determinada, con un género, con una identidad cultural, todo articulado determina en qué medida y en qué aspectos van a operar los mandatos sociales. Somos mujeres, trabajadoras, hijas de trabajadores nacidos en barrios populares, artistas, bailarinas, independientes, profesionales en formación, madres, solteras, originarias. Todo ello nos define y hay ciertos mandatos que nos vienen imponiendo la invisibilización, ante lo cual nosotras accionamos poniendo en la escena una situación que nos atraviesa a todos.

- ¿Con qué banda sonora trabajan?

- El repertorio musical es una selección de artistas mujeres que nos inspiran por sus carreras e ideología. Utilizamos “La espina” de Charo Bogarín como punto de partida, continuamos con una chacarera instrumental de la flautista Laura Molinas en versión de La Nadita, recientemente ganadora en Cosquín, establecemos un puente con la fusión de ritmos de Natalia Doco en su canción “Sola” y terminamos con “El grito”, de Rocío Araujo.

- ¿Es un desafío especial transitar esta clase de propuestas?

- El gran desafío que tenemos es constituirnos como un equipo sólido de trabajo: queremos seguir creando en la línea de lo que pasa en las casas y en las calles de los barrios, para que todos tengamos la convicción de que la escena también nos pertenece, que es necesario ese acercamiento al teatro, a los espacios culturales que ofrecen contenido de primera mano y no solo consumir lo que manda la televisión o las redes sociales. Hay muchos temas para abordar incluso desde la identidad que elegimos, ser pueblo, ser folklore y ser rock. Puntos que nos definen y nos hermanan en un tiempo, en un lugar y en un momento histórico en el que pasan cosas que hay que decir, ¡que decirnos!

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