Por Marcelo Androetto
14 Abril 2023
Atlético no es un boxeador que está para que le tiren la toalla, pero a veces tambalea en medio del cuadrilátero. Que en la temporada anterior estuvo en la pelea por el cinturón (el título) y que este año combate básicamente para sobrevivir (evitar el descenso). Por todo esto no es casualidad que el entrenador “decano” haya recurrido a una metáfora con connotaciones boxísticas para describir la valoración que le da a la actuación de su equipo en La Plata.
“Nos repusimos de esa piña que nos han pegado cuatro días atrás. No era un estadio fácil y el grupo lo ha gestionado bien”, declaró Lucas Pusineri tras 0-0 frente a Estudiantes y en relación a la polémica derrota previa ante San Lorenzo y Fernando Espinoza.
El alivio del técnico era tal que en la rueda de prensa se ocupó de pronunciar un par de veces más al término proveniente del pugilato y añadió otro originario de la psicología y muy de moda: resiliencia. “Nuestra fortaleza es querer salir adelante, recurriendo a una resiliencia que nos permitió salir airosos de este estadio”, sintetizó.
En verdad, algunos creían que para Atlético ya maduraba el nocaut y que el nuevo Estudiantes de Eduardo Domínguez le asestaría un golpe capaz de llevar la cuenta a diez. Pero nada que ver. No sólo no se produjo tal desenlace, sino que la visita se paró firme en el centro del ring y desde el gong inicial fue en busca de acorralar contra las cuerdas a su rival. Y lo logró, sobre todo en el primer tiempo y en el inicio del segundo.
Con el correr de los rounds, el local fue metiendo algunas (pocas) manos. Quizá por ello no sorprendió ese final de empate “por tarjetas”, como admitió el propio Pusineri. Dado el contexto, la igualdad se valoró más por parte del retador (Atlético) que por aquel que ostentaba el cartel de favorito (Estudiantes).
¿Cuáles fueron los atributos del “decano”? Lo definieron con mucha precisión desde la “esquina” de Atlético. “Valoro mucho la entrega, el orden que han tenido y lo disciplinado que fueron, esas fueron virtudes del grupo”, dijo el DT antes de agregar: “estoy esperanzado en que en nuestro estadio encontremos la precisión de acertar más los pases y que la eficacia pueda estar más de nuestro lado”.
Que Atlético apenas haya ganado un combate en 2023 tiene mucho que es un púgil al que le falta esa mano “pesada” que deja en la lona al contrincante. Con una media apenas superior a medio gol a favor por partido (seis en 11 cotejos), supera a todos en esa falta de letalidad. Los goles que Augusto Lotti y Ramiro Carrera se llevaron a México se extrañan demasiado.
De resiliencia también habló Tomás Marchiori: “el equipo siempre va para adelante, siempre busca salir de estos momentos malos. Ya nos pasó tiempo atrás, estábamos muy mal, dimos vuelta la página y terminamos peleando el torneo”.
En el último tiempo, las piñas recibidas por Atlético fueron unas cuantas, desde quedar fuera de la Sudamericana por un suspiro y sufrir la pérdida irreparable de Andrés Balanta, hasta el puñado de figuras que emigraron de manera previsible o incluso sorpresiva (caso Manuel Capasso), más la sumatoria de algunos arbitrajes francamente lamentables.
En La Plata, en el camerino “decano” reinaba la satisfacción de haber completado los 12 rounds después de lo que se había percibido en el cuerpo, el sábado pasado, como paliza.
El lunes, frente a un Rosario Central en alza, Atlético continuará la búsqueda de estabilizarse sobre el ring para dar buenas peleas y conseguir alejarse del riesgo del nocaut más temido de todos.
“Bebe” Acosta: sólo una fecha de suspensión
Si Guillermo Acosta había insultado a Fernando Espinoza debió haberle correspondido una dura sanción. Pero nada de eso sucedió: el Tribunal de Disciplina desestimó el informe arbitral y sólo penó con una fecha al capitán de Atlético. La cumplió el miércoles, así que podrá jugar el lunes con Rosario Central. Para más datos, Espinoza fue “parado” y no dirigirá el fin de semana. Algo de luz tras un episodio de lo más confuso.
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