Los enojos y las alegrías de una maestra a punto de jubilarse

Los enojos y las alegrías de una maestra a punto de jubilarse

Carla Laneri presenta “Todos los días de Hilda” hoy en el teatro Rosita Ávila. Una parodia de situaciones reconocibles en la vida de una docente

DE LAS REDES AL ESCENARIO. El humor de Hilda para situaciones frecuentes.  DE LAS REDES AL ESCENARIO. El humor de Hilda para situaciones frecuentes.

Caricaturiza a una maestra y hace reír con una parodia de las situaciones cotidianas que vive una educadora de escuela primaria en cualquier punto del país. La actriz Carla Laneri, autora y protagonista de “Todos los días de Hilda”, afirma que la mayor parte del público que concurre a ver la obra se compone de docentes y sus familias. Se presentará hoy a las 21 en el teatro municipal Rosita Ávila, Las Piedras 1.550.

En diálogo con LA GACETA, Laneri explicó que la obra original fue experimentando algunos cambios desde su estreno.

“Hay muchas cuestiones que tienen que ver con la docencia y con las escuelas que se modifican bastante. Cuestiones de normas, de leyes. El docente las conoce bastante bien. Eso cambia todo el tiempo, así que cada seis meses sacamos algo viejo y ponemos algo que es novedad”, adelanta sobre lo que se verá esta noche en el escenario.

-¿La obra comienza cuando la protagonista se está por jubilar?

- Sí. A ella le queda una semana para jubilarse. Entonces, se va mostrando de lunes a viernes lo que es su última semana de clases. Pasa por melancolía, por angustia, por enojos y por todas las situaciones que vivimos todos cuando se cierra una etapa. Pero en la escuela se suman otras cosas.

- ¿Van muchas maestras a ver la obra?

- Sí. En el público la mayoría son docentes. Con las redes, sobre todo TikTok, se empezó a abrir bastante, así que me pasa que van las docentes con los hijos. Preguntan si pueden asistir niños de ocho años, por ejemplo, y la verdad que sí. Es para todo público. Hasta el marido se siente representado. Todos tuvimos una maestra, así que todos conocemos el tema.

-¿Hay maestras en tu familia?

- Sí. Mi mamá fue maestra de jardín de infantes. Ella falleció cuando yo era muy chiquita, así que no recuerdo mucho, y muchos años después mi papá se juntó con una maestra de primaria, de inglés, con la que tuvo una relación de 30 años. Yo todavía me sigo hablando con ella. El músico que me acompaña en vivo en este espectáculo, Sebastián Torres, es hijo de ella.

- ¿Tiene canciones la obra?

- Sí. Sebastián ambienta el espectáculo con música y también hace el papel de un alumno, con el que interactúo en ciertos momentos. Yo no soy cantante, no canto ni el feliz cumpleaños, pero lo que hago en algunas partes son textos cantados, como una canción actuada.

- ¿Algunas maestras se ofenden con la parodia?

- En las funciones no. En las redes, sí. Me pasó, alguna que otra vez, que alguien sintió que le estaba faltando el respeto. La verdad que entiendo que alguien muy sensible se pueda sentir así. No todos compartimos el mismo tipo de humor. Pero el público que me va a ver sigue siendo docente, o sea que a la mayoría le gusta. Es una profesión que está muy expuesta. Mis familiares docentes amaban su profesión y entregaron todo por ella, más allá de las dificultades que siempre enfrenta una maestra. Yo abordo el tema con humor pero nunca con desmerecimiento. Hilda es un personaje querible, amoroso, como yo recuerdo a mis maestras.

La producción aclara

La puesta había sido programada originalmente para noviembre del año pasado en el Teatro Mercedes Sosa, pero en ese momento se suspendió y se anunció que quienes habían adquirido entradas debían pasar por boletería a recuperar su dinero.

Por tal motivo, la producción aclaró -para evitar posibles confusiones- que, si alguien no canjeó oportunamente la entrada y recibió el reintegro del dinero, el ticket emitido entonces no será válido para la función actual.

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