Boca: Almirón, un foráneo que pregona posesión y actitud

La confirmación de Jorge Almirón como nuevo DT de Boca provocó sensaciones cruzadas. Por un lado, le puso fin a una novela que ya se venía estirando demasiado y por cuyo casting habían pasado toda clase de candidatos, algunos rayanos en lo fantasioso. Por el otro, provocó una decepción palpable en los hinchas “xeneizes”, que se habían ilusionado con la chance de tener en el banco a un peso pesado como José Pekerman. Finalmente, el ex entrenador de la Selección rechazó el ofrecimiento, por lo que Almirón se convirtió en la única opción concreta y potable que manejaba el Consejo de Fútbol para tomar las riendas de Boca.

De todos modos, si bien la figura de Almirón genera en principio rechazo más allá de haber llevado a Lanús a una final de Libertadores, tendrá por lo menos el beneficio de la duda y un piso bastante bajo: es difícil que Boca juegue peor de lo que lo venía haciendo en los estertores del ciclo de Hugo Ibarra. Y aunque los antecedentes más recientes del nuevo conductor no inviten al entusiasmo, el mundo Boca es muy particular y las cosas suelen seguir un curso distinto a la lógica.

El primer requisito que cumple Almirón en el criterio de búsqueda de Juan Román Riquelme es la ajenidad: bajo la premisa de no hacer siempre lo mismo para conseguir resultados distintos, la primera condición que puso el vice es que el próximo DT no fuera un ex Boca. No quiere repetir lo que pasó con Sebastián Battaglia e Ibarra. La otra razón por la que Román se inclinó por Almirón es porque lo considera idóneo para dotar a Boca de la identidad de juego que le está faltando.

¿Y qué puede aportarle hoy al “xeneize” el ex volante central de Dorados de Sinaloa? Al menos conceptualmente, énfasis en la posesión y el cuidado de la pelota. Empezando desde atrás: Almirón es de los que insiste en salir jugando por abajo antes de rifar con bochazos largos. Sin embargo, tampoco es taxativo, y si la situación lo requiere el revoleo está permitido.

En cuestión de dibujos, tiene el 4-3-3 como base, pero siempre apostando a poblar el medio campo y a aprovechar el ancho de la cancha con los volantes laterales y los marcadores de punta, que siempre deben estar preparados para sumarse al ataque.

Y a eso se le suma el énfasis en la actitud, lo que puede parecer una obviedad -más tratándose de Boca- pero no lo es: una de las impresiones que terminó fagocitando la confianza en Ibarra fue la falta de un discurso que contagiara al plantel y de mano firme para tomar decisiones, antes y durante los partidos.

En principio, Almirón dirigirá hoy su primera práctica y tendría su debut el miércoles, en el clásico contra San Lorenzo.