La historia de la Confederación General del Trabajo (CGT) -a nivel central y, por supuesto, en los ámbitos provinciales- prácticamente da cuenta más de rupturas y escisiones que de unidad. De hecho, casi dos décadas debieron pasar para que la CGT en Tucumán haga gala de su condición de unificada.
Actualmente, la central es conducida por un triunvirato conformado por los secretarios generales del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata), Luis “Pata” Diarte; del Sindicato de Camioneros, César Torres, y de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), el también legislador Reneé Ramírez.
Esa unidad sindical no se refleja, sin embargo, en las decisiones que cada uno de los triunviros tomó, respecto de a qué acople dar apoyo en los comicios provinciales del domingo 14 del mes que viene.
Mientras Diarte y Torres optaron por respaldar el acople que lideran el legislador Tulio Caponio y el presidente del Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán, Fernando Juri -ambos persiguen la reelección-, Ramírez se la juega por sí mismo y por su hijo Darío: el titular de ATSA buscará ser elegido edil de la Capital, su heredero buscará heredar también la banca que liberará su padre en la Legislatura.