Raúl Natella
Ingeniero - ex secretario de Obras Públicas
Es fundamental superar el modelo de país de “fronteras cerradas”, que solo se relaciona con el exterior a través de los puertos de Rosario y de Buenos Aires, para ser un país amalgamado y articulado regionalmente de “fronteras abiertas”, vinculadas y comunicadas con los múltiples mercados del mundo.
Para ello hay que tener en cuenta que el NOA, que se ubica en una “posición periférica” en el contexto geográfico nacional, pase a ocupar una “posición central” en un espacio geográfico conformado por el norte de Chile, sur de Perú, Bolivia, Paraguay y las provincias de Chaco y Formosa. Tiene como principal obstáculo para su desarrollo el aislamiento de su posición mediterránea, la escasa articulación interna y las distancias físicas, económicas y sociales que lo separan 1.500 kilómetros al norte del actual y consolidado corredor vial-carretero que une los océanos Atlántico y Pacifico a través de San Pablo (Brasil)-Montevideo (Uruguay)-Buenos Aires, Mendoza (Argentina)-Valparaíso (Chile).
Como la competitividad está estrechamente asociada a las distancias y costos de transportes, es fundamental para la región y particularmente para nuestra provincia, concretar estrategias concurrentes, para las cuales se hace imperioso formalizar un corredor bioceánico vial-carretero desde Concepción-Las Estancias-Andalgala-Belén-Tinogasta-Fiambala-Paso de San Francisco (Argentina)-Copiapó-Puerto Caldera (Océano Pacifico, Chile), como la salida más rápida. La que nos permitiría colocar nuestros productos en los mercados del oriente.
Este proyecto que tiene muchos años en nuestra historia esperando ser concretado, es el que dará vuelta la lógica del sistema de salida de los productos de nuestra provincia hacia el resto del mundo y, en cierto modo, revolucionando la logística de exportaciones y la vida productiva, reduciendo costos de transporte para volver rentables a los productos locales.
La ventaja de utilización del Paso de San Francisco no radica solo en los tiempos acortados de traslado respecto del Atlántico para nuestra provincia sino también en el mayor calado de los puertos trasandinos, en donde las aguas profundas de los puertos de la región de Atacama permiten cargas de hasta 300.000 toneladas, mientras las aguas de los puertos Rosario y Buenos Aires permiten solo 50.000 toneladas. Este hecho permitiría una reducción de casi el 50% de los costos de operaciones portuarias.
Además, saliendo desde Atacama (Chile) se ahorrarían prácticamente 10 días en viajes ultramarinos para llegar a los mercados del Oriente: China, Australia, Nueva Zelanda, Japón, etc, como así también a las costas Oeste de los EEUU.
Catamarca estuvo y está haciendo importantes inversiones para mejorar sustantivamente la ruta nacional 60 hasta el límite con Chile en Las Grutas, como así también completando los proyectos desde Andalgala-Las Estancias sobre la ruta provincial 48, en condiciones para ser licitados próximamente.
Es fundamental, en base a estas realidades, que Tucumán acompañe sostenidamente y con firmeza técnica-política la ejecución de los proyectos en su territorio (Concepción-Límite con Catamarca), trabajando coordinadamente entre ambas provincias, evitando de esa manera quedar desarticulada y aislada del Corredor Bioceánico, más conveniente para nuestra provincia. Plantear todas estas condiciones, en estos particulares momentos, parece un desvarío, pero es necesario saber que si queremos integrarnos al mundo actual, debemos tener en claro los dinámicos cambios que van evolucionando precipitadamente en el mismo.
Si queremos ser parte de ese mundo del futuro debemos adaptar nuestra infraestructura mental, política y económica a esa realidad que se nos viene encima. Construir el corredor bioceánico en nuestra región es parte de ese esfuerzo que el futuro nos demanda, no una opción.
Lo que falta es que las elites políticas comprendan que el Atlántico no es más la única alternativa de desarrollo del país, sino que el futuro depende de lo que construyamos como salida por el Pacífico, No comprender esto, desgraciadamente, nos condena irremediablemente al atraso como región y como país
No debemos dejar que la historia nos supere y nos condene por atender sólo necesidades coyunturales y de corto alcance.