Dengue: cómo se vive en Lules, el área de mayor riesgo
En el hospital atienden 200 pacientes por día; el 80% tienen síntomas de la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti. “Nunca vi algo así”, expresó la directora. La patología avanza pese al esfuerzo que hacen en la zona los agentes sanitarios
¿A vos también te picó el mosquito? Esta se ha convertido en la pregunta más frecuente entre los vecinos de Lules. El tema del dengue flota en el ambiente, al igual que el olor a repelente de insectos. La enfermedad transmitida por el Aedes aegypti ha transformado desde hace dos meses la rutina de esta localidad. Todos conocen a alguien que padeció el mal o sufrió en carne propia los dolores que causa la conocida “fiebre quebrantahuesos”.
Lules es el departamento más afectado por la epidemia actual. Según el informe del Ministerio de Salud, es el sector con mayor tasa de incidencia en la provincia. El número de pacientes con síntomas no para de incrementarse y los esfuerzos de los agentes sanitarios que recorren el lugar parecen insuficientes. El hospital atiende más de 200 consultas por día; y el 80% son por dengue, detalla la directora del centro asistencial, María Cecilia Pira.
Ya ni abren las ventanas
“Toda nuestra vida se alteró por esta enfermedad”, cuenta Mercedes Nacher. Por miedo a los mosquitos ya ni siquiera abre las ventanas de su casa ubicada en una zona conocida como el asentamiento Mercedes. Justamente, en ese lugar fue donde comenzó el brote. Los primeros contagios, según las autoridades, ocurrieron porque en esa zona hay muchos residentes que viajan hacia o desde Bolivia, y en ese país vecino la epidemia es muy grande.
“Mis tres hijos más grandes tuvieron dengue. Ahora tengo miedo por los más chicos; por eso no los dejo salir ni a la vereda”, explica Nacher. Para ella, uno de los principales problemas es que se acumula basura en las esquinas y hay una acequia que suele desbordar cuando llueve. “Estamos llenos de mosquitos. Aquí vinieron a fumigar, revisaron las casas para que saquemos los cacharros. Pero lo mismo no alcanza”, reflexiona. Según resalta José Parrado en todas las casas se multiplican los casos de dengue.
La doctora Pira, que es médica clínica y pediatra, asumió hace pocos días la dirección del hospital. Antes recorría los barrios de Lules. “Empezamos a ver casos en febrero. Pero hace tres semanas se incrementaron muchísimo las consultas. Ya hay contagios en toda la localidad, no sólo de un asentamiento. La mayoría de los pacientes llegan deshidratados, ya que esta patología provoca pérdida de líquidos”, explica. En algunos casos, se les pone suero a los enfermos y, si es necesario, quedan internados.
En su trabajo de campo, la médica vio cuáles fueron algunas situaciones que favorecieron que se dispararan los casos en Lules. “Mucha gente acumula cosas. Además, cuando recorremos las casas vemos que hay personas que no consultaron a pesar de tener los síntomas. Eso fue gran error porque siguieron contagiando. Los pacientes tardan en llegar a la consulta. Vienen al hospital y te dicen que hace tres o cuatro días están con vómitos o diarrea. Buscan ayuda cuando ya no dan más. Es un riesgo dejar evolucionar la enfermedad porque hay cuadros que realmente se complican”, precisó.
También dijo que le llamó la atención en esta epidemia la cantidad de pacientes jóvenes con cuadros severos, y que la mayoría son mujeres. “Cuando vemos que un paciente está grave y el cuadro de complica demasiado lo derivamos a otros hospitales que tienen terapia intensiva”, señaló, mientras ordenaba una refuncionalización del nosocomio para que este fin de semana largo puedan contener a los enfermos de dengue. Se crearon estaciones de hidratación que cuentan con sillones o camas para poder hidratar al paciente.
La médica reconoció que es una enfermedad que avanza y avanza, a pesar de los esfuerzos de los agentes sanitarios que recorren las zonas para realizar los bloqueos y el rociado espacial para eliminar los mosquitos Aedes Aegypti.
Mauricio Gramajo, supervisor de agentes sanitarios en Lules, exhibe en su rostros todo el cansancio que implica trabajar a destajo contra el virus, incluso haciendo tareas que nada tienen que ver con la asistencia a la salud. “Tenemos que entrar a las casas y sacar la basura, o vaciar y limpiar las piletas de lona”, detalle. El, además, se contagió la enfermedad hace dos semanas. “Tuve que ponerme suero porque estaba deshidratado”, cuenta. En la actualidad, del total de 15 agentes sanitarios que hay en la localidad, seis están con licencia porque se infectaron con dengue.
Aunque en la epidemia de 2020 Lules también fue una de las zonas más golpeadas, Gramajo cuenta que esta vez es peor. “Nunca vi algo así; es terrible cómo está afectando a la gente”, admite la directora del hospital. Además de causar deshidratación, el dengue baja las plaquetas, los glóbulos blancos y puede ocasionar hemorragias, describió. Por eso, en el mismo hospital funciona un laboratorio donde les hacen análisis en el día a los pacientes.
Aunque la terapia no está desbordada, casi todas las camas están ocupadas. Los tules que cubren a los internados son la señal de que están ahí recuperándose de dengue. En la sala de espera, María Cáceres cuenta que es la cuarta vez que va en las últimas semanas. Esta vez es para acompañar a su hija, que está con fiebre y dolor de cabeza. “La primera en enfermarse fui yo, hace un mes. Empecé con fiebre, chucho y muchos dolores musculares. Estaba abatida”, cuenta. Y aporta un dato importante: en su barrio fueron pocos los afectados que asistieron al hospital para el diagnóstico. “Es una enfermedad insoportable: te duele todo, te da picazón. Aún no me recupero. Es una verdadera pesadilla”, resume, mientras sacude con fuerza la cabeza como quien quiere borrar un mal recuerdo.
Cifras oficiales: la epidemia avanza y suma 9.864 casos confirmados
El Ministerio de Salud confirmó ayer que hay en Tucumán 9.864 casos de dengue; unos 5.500 son pacientes que todavía están cursando la enfermedad. Además, se reportaron cuatro fallecidos a causa de la patología que transmite el mosquito Aedes aegypti. Aunque hubo más casos sospechosos de muerte por dengue, según los estudios del Siprosa, no se pudieron confirmar. El más reciente fue en Ohuanta. Una joven de 23 años falleció el lunes en el hospital del Este. Su familia manifestó que tuvo los síntomas de dengue: fiebre, dolores en el cuerpo y vómitos, según informaron vecinos de la zona.