Rosa Grilo, la última sobreviviente de "La Masacre de Napalpí", como se conoció a la matanza de integrantes de los pueblos Qom y Moqoit perpetrada en 1924, falleció a los 115 años.
Según medios locales, el fallecimiento se dio a conocer hoy pero ocurrió ayer y lo confirmaron sus familiares que vivían junto a ella en la zona rural Lote 40 de "El Martillo", ubicada a unos 30 kilómetros de la Planta Urbana de la localidad de Colonia Aborigen.
En 2014, el Estado argentino comenzó a investigar los delitos de lesa humanidad cometidos en Napalpí y solicitó la apertura de un Juicio por la Verdad, debido a que todos los eventuales culpables ya habían muerto. Estos juicios no tienen consecuencias penales, sino que están enmarcados dentro del compromiso que tiene el Estado frente a la comunidad internacional de investigar y perseguir todas aquellas violaciones graves a los derechos humanos.
El testimonio de Rosa fue fundamental en ese juicio a la verdad que resolvió la responsabilidad del Estado Nacional en la masacre y consideró que se trató de crímenes de lesa humanidad, cometidos en el marco de un proceso de genocidio de los pueblos indígenas.
La historia de "La masacre de Napalpí"
La Masacre de Nalpalpí ocurrió el 19 de julio de 1924, durante la presidencia del radical Marcelo T. De Alvear, cuando 130 policías, gendarmes y grupos de paramilitares reprimieron con armas de fuego las protestas de integrantes de los pueblos Qom y Mocoi que formaban una comunidad en el paraje El Aguará, en los departamentos Quitilipi y 25 de Mayo, en la zona central de Chaco.
La orden fue dada por el gobernador Fernando Centeno, destinada a acallar el reclamo de pueblos originarios y de criollos que exigían una justa paga por la cosecha de algodón y poder salir a trabajar hacia los ingenios de Salta y Jujuy, donde había mejor retribución.